Cuando la clase dominante colonial tenía el poder político y económico, cultural y educativo, del Estado Boliviano, no permitían que se respetara los derechos humanos, la libertad de organización, expresión, pensamiento, sólo se decía, obedece - sin discutir, esa concepción social colonial todavía ha quedado en nosotros, siendo parte del poder político y económico.
La escuela de la época colonial, era considerada como una pequeña cárcel para los alumnos, donde el maestro era dictador y el alumno vasallo, esta forma de educación todavía continúa como herencia discriminatoria en muchos países de América Latina.
Algunos padres de familia todavía piensan que con la disciplina autoritaria se puede corregir a sus hijos para lograr una buena educación, según ellos mejor si se castiga a los estudiantes, para que puedan formarse buenos profesionales.
Un ciudadano cuando se encuentra en las bases, es humilde, tolerante, mantiene buenas relaciones, pero cuando asume un cargo jerárquico cambia de personalidad, se convierte en una autoridad despótica, humillando a sus subalternos, esta clase de autoridades busca solamente satisfacción personal.
Cuando los ciudadanos postulan como candidatos al parlamento, ofrecen cielo y tierra, trabajar con el pueblo sin ninguna discriminación, una vez que consiguen ser parlamentarios, cambian las cosas, se someten ciegamente al gobierno de turno, obedeciendo las instrucciones superiores, sin ninguna discusión, porque si opinan lo contrario serán alejados del partido, despedidos si se trata de un cargo jerárquico. Están prohibidos de efectuar un análisis crítico y reflexivo, de los problemas, continuando con la mentalidad de la burguesía.
Los trabajadores de la administración pública no tienen organización sindical, son empleados contratados para cumplir las órdenes superiores, lo contrario significa retiro inmediato sin derecho a nada, además en estos cargos están asignados a expresar la política de gobierno, atentando la conciencia humana de los funcionarios. Los trabajadores y la empresa privada, también están acondicionados a la política de gobierno, para crear empresas y buscar inversiones está en manos de los gobernantes. Empresa privada que no cumpla con las exigencias del gobierno serán clausuradas. Para encontrar un trabajo profesional tiene ser parte del oficialismo de lo contrario no hay ocupación.
Los medios de comunicación tendrán que hablar el lenguaje del Ministerio de Comunicación, lo contrario se afectará a su empresa, no se permitirá ninguna publicidad, todos tienen que estar al compás del gobierno de turno. Los periodistas tienen que emitir solamente la opinión del gobierno, afectando la libertad de pensamiento, que es parte de la democracia.
Los gobiernos dictatoriales imponen las reglas neoliberales, para que los trabajadores, los pueblos indígenas originarios, obedezcan sin discusión alguna, no interesa la libertad de expresión. No tiene importancia la diversidad cultural, las nacionalidades existentes en nuestro país no valorado, su lengua, su cosmovisión de las diferentes nacionalidades que habitan en nuestra tierra.
La diversidad cultural que tiene nuestro país, está bajo las reglas de la sociedad mono cultural. Y en los gobiernos dictatoriales, como democráticos los que sufren persecución por la permanente emisión de ideas, opiniones, parte de la práctica del pensamiento crítico y reflexivo. Además debe informar a la población sin mentir tal como ocurre los hechos en la realidad. Con el riesgo de ser despedidos de sus fuentes de trabajo por presión de algunas autoridades políticas.
?ltimamente no funciona el diálogo, todo es amenaza unilateral, la comunicación todo es autoritarismo, lo que nos falta en el país es la discusión, debate, escuchar a la parte contraria, sacar una conclusión heterogénea. Ya no existe organización sindical que pueda defender a los trabajadores, a la libertad de expresión.
No está comprendida la democracia en su magnitud, por falta de educación de las personalidades políticas, autoridades administrativas, seguimos con el lenguaje homogéneo de la mono cultura española. El recuperar nuestros derechos será un proceso como pueblos originarios, para que se respeten nuestra diversidad cultural, nuestras tradiciones, costumbres y espiritualidades.
Todas las personas, varones, mujeres, autoridades tienen virtudes y defectos, lo que conviene es desarrollar, fortalecer las virtudes, difícil pero no es imposible. El sistema educativo tiene un rol que cumplir para que haya más democracia, fomentar el respeto mutuo entre estudiantes, profesores, el análisis crítico, reflexivo de nuestro pensamiento, apreciar la diversidad cultural y lingüística de los pueblos indígenas originarios campesinos, que siguen siendo excluidos a pesar de las leyes establecidas.
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