La ciencia y la tecnología nos pueden traer el bien por el desarrollo de los pueblos pero también el mal, ambas situaciones bastante visibles, sobre todo, desde mediados del siglo XX para adelante.
Trenes eléctricos, aviones, autos, naves espaciales, parlantes, satélites, fábrica de armas, motosierras, motocultores, misiles; televisores, equipos electrónicos, electrodomésticos, computadoras, celulares, etc., etc. (la mayoría generadora de ruidos) y está esparcido hasta el último rincón del mundo, claro las grandes beneficiarias son las empresas transnacionales productoras frente a millones de habitantes consumistas.
Lo novedoso es que, en los últimos tiempos hay países y organismos internacionales que se han ocupado de investigar casos sobre la contaminación sonora o acústica, arribando a conclusiones altamente preocupantes.
La Organización mundial de Salud (OMS), la Comunidad Económica Europea (CEE) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han declarado que el ruido tiene efectos para la salud tanto fisiológicos como psicológicos.
Entre los efectos principales estarían las cefaleas, dificultad para la comunicación oral y capacidad auditiva, perturbaciones del sueño, estrés, fatiga, depresión, nerviosismo, gastritis y disfunción sexual.
Esta contaminación tiene que ver con toda la producción industrial arriba mencionados que posiblemente no sea fácil de resolver, tomando en cuenta que por detrás se está moviendo miles de millones de dólares, lo que sin embargo, no nos impide combatir exigiendo mejor gestión y planificación a los responsables.
Pero sí, parte de la contaminación acústica podemos limitar ¡ya!, está relacionada con nuestro medio y al alcance de las actuales autoridades que tienen mando y poder para ello.
Todos los fines de semana, a veces hasta más allá de los fines de semana, se realizan fiestas con cualquier motivo (matrimonios, cumpleaños, corte de cabellos, cabo de año del fallecido, devoción a santos, etc.) y como medio usan los conjuntos electrónicos que tienen la capacidad de afectar aproximadamente 5 kilómetros a la redonda con ruidos altamente dañinos a la salud.
Sabemos que son un derecho los acontecimientos sociales, pero, lo perjudicial, lo negativo está en que estos ciudadanos abusan de sus derechos, amaneciendo con ruido acompañado de alcohol, afectando a miles de ciudadanos que no pueden dormir, sobre todo a niños, ancianos, enfermos y embarazadas.
Hasta la Biblia dice que el día se hizo para trabajar y la noche para dormir; recordemos que hay familias (mayoría) que trabajan todos los días; para ellas no existen domingos o feriados porque viven al día. Además, está probado científicamente que el cerebro humano sólo descansa con el sueño, después todo el tiempo está trabajando aunque estemos echados patas arriba.
La solución debe partir del ?rgano Legislativo elaborando inmediatamente una Ley y su respectivo reglamento en consonancia con los municipios (si acaso no hicieron todavía), determinando que toda fiesta debe ¡Acabar! a las 12 de la noche ni un minuto más ni menos.
Pero lo importante no es sólo elaborar en papel (porque el papel aguanta todo), sino Aplicar, emprendiendo una campaña desde los centros educativos básicos y toda la cadena educativa formal, hasta los medios de de comunicación de masas con programas especiales, de tal manera que nuestro pueblo entienda de una vez que los derechos también tienen sus límites.
La infracción a esta determinación debe ser una sanción económica dura y con decomiso inmediato de los equipos electrónicos. Existen hombres y mujeres que sólo regulan su conducta de esta manara, y las autoridades están para eso; velar la paz y tranquilidad de los ciudadanos.
(*) alejo-s-21@hotmail.com
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