La convivencia familiar y el sexo

Las personas necesitan conocer que un desarrollo sexual saludable depende de la educación y la información que se tenga para satisfacer necesidades básicas, como es el deseo al contacto, la intimidad, la expresión emocional, el placer, la ternura y el amor.

La conducta sexual y saludable solo se tiene cuando se ha alcanzado una madurez, no solamente psicológica sino de mucho conocimiento, lo que ayuda a tomar decisiones correctas sin poner en riesgo la salud de la pareja.

Los adolescentes tienen que sentirse con la capacidad de definir su proyecto de vida, apoyados en la buena comunicación con la familia y la interacción con sus pares expresando con respeto su amor e intimidad. De esta manera evitarán complicaciones que representen alarma o malestar en la salud o en las familias de la pareja.

La falta de comprensión de los padres principalmente, pone en riesgo la vida de uno de ellos o la censura de los parientes que ya se convierte en extemporánea y como dice el dicho: "Lo hecho, hecho está".

Detrás del problema hay otro problema, un ser que no ha pedido venir a este mundo, sintiendo el miedo, la tristeza y el dolor de la madre por la situación que en ese momento se vive.

Otro sentimiento que tiene el bebé es el rechazo de la familia, la pregunta es ¿En qué momento será aceptado por los abuelos, los padres y la familia entera?

Por tanto, las parejas tendrán que ser más responsables y conscientes de traer hijos o por lo menos tener una relación sexual con responsabilidad usando un método de planificación familiar que les ayude a evitar complicaciones en la relación, como un embarazo no deseado o infecciones de transmisión sexual.

Mientras la recomendación para los padres es que siempre tengan buena comunicación con sus hijos, especialmente si están entrando a su adolescencia evitándose de este modo problemas mayores en las familias.

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