Aunque se ha hecho avances sustanciales en lo que corresponde al buen uso de los recursos económicos que distribuye el Estado a los gobiernos subnacionales, de acuerdo a un informe del Ministerio de Autonomías, se establece que en una reciente evaluación sobre el manejo de fondos existen 14 mil millones de bolivianos que no han sido ejecutados para impulsar diversos planes de desarrollo.
Se recuerda que hace cinco años, justamente en el mes de julio de 2010, se promulgó la Ley Marco de Autonomías para establecer un proceso de transformación del modelo de Estado unitario, para llegar a uno descentralizado y con autonomías, con mayor permisibilidad para el manejo de "recursos", por un lado entendiendo el sentido de uso de la riqueza natural regional y por ese camino la obtención de recursos financieros que sirvan al crecimiento departamental.
Lo que se observa en un primer quinquenio de aplicación de la medida es una deficiencia en la forma de uso apropiado de los recursos, por lo mismo hace falta mejorar la administración en el nivel de los gobiernos subnacionales, para que más dinero sea eficientemente utilizado para cubrir el costo de proyectos.
Positivamente se hace referencia a que en los primeros cinco años de vigencia de la ley se abonó el camino de transformación de un viejo esquema para dar paso a otro en el que predomina la democracia y el respeto a las leyes, permitiendo que cada departamento encamine su propio destino, respaldado en sus instrumentos administrativos y operativos como estatutos autonómicos y cartas orgánicas, que deben establecer condiciones apropiadas para explotar las riquezas naturales de manera racional y percibir los ingresos efectivos de orden público, tanto los que se proveen vía transferencia estatal o los recursos propios.
Algo importante es saber que en cinco años transcurridos, en el ámbito departamental se ha incrementado el volumen de recursos públicos, en el orden de 243 por ciento a favor de las organizaciones territoriales autónomas, mientras que las entidades municipales percibieron un 50 por ciento más de ingresos. Lo irónico es que justamente éstas últimas son las que tienen el menor porcentaje de ejecución presupuestaria y cumplimiento de metas.
Hay necesidad de establecer mecanismos más operativos y técnicamente manejables, eliminando condiciones de orden burocrático que por muchas exigencias de "inútil papeleo", retrasan la aprobación de desembolsos causando la acumulación de fondos sin "ejecución oportuna", además de que no se explica el movimiento distributivo de los recursos desde el Estado que se cumplen bajo una modalidad que no contempla fechas ni periodos especiales, lo que genera el incremento de fondos, favorable en los niveles subnacionales aunque su anotación no se consigna con la oportunidad deseada.
Según las autoridades que manejan el proceso de cambio en la generación de los recursos públicos a favor de los organismos sub estatales, hay evidencia de que estos se han incrementado sustancialmente. El problema del tiempo pasado era la ausencia de fondos. Al presente la figura es otra muy diferente, hay recursos y no se los gasta oportuna y adecuadamente.
Frente a esa situación hay desafíos y uno particular es que la clave del proceso autonómico en los gobiernos subnacionales es usar en adelante sus recursos naturales y sus fondos públicos con alta eficiencia y mucha responsabilidad, de ese modo podrán ser satisfechas las expectativas ciudadanas, priorizando servicios básicos y proyectos de utilidad colectiva, evitando gastos superfluos en maquillaje urbanístico.
Fuente: LA PATRIA
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