Jueves 30 de julio de 2015
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Un tercio de los suelos de Bolivia se degradan por realizar prácticas insostenibles, como el uso excesivo de maquinaria agrícola en el occidente y oriente del país, el uso de fertilizantes químicos porque el suelo está perdiendo la capacidad de producir, la falta de normativas que regulen el uso y manejo del recurso suelo, la deforestación en áreas no permitidas y la quema de pastizales, cultivos y restos de deforestación.
Esto amenaza la futura seguridad alimentaria y los medios de sustento de los pequeños, medianos y grandes agricultores.
Uno de los primeros pasos para hacer un manejo sostenible de tierras es realizar un estudio de suelos y un análisis de laboratorio.
Los muestreos de suelos deben realizarse cada dos a cuatro años, si se quiere realizar un seguimiento al suelo.
Una buena producción necesita de un suelo fértil, pero éste no necesariamente es productivo.
Entre las prácticas sostenibles de suelos tenemos: Reciclar los nutrientes del suelo a través de la incorporación de estiércoles de animales. Siempre se debe dejar cobertura en el suelo. Se debe adicionar biofertilizantes. Realizar siembra directa. Migrar hacia sistemas agroforestales. Adaptar nuevas tecnologías amigables con el suelo. Y maximizar los rendimientos. Si manejamos sosteniblemente el suelo aumentamos en un 58% el rendimiento de los cultivos.