En un periodo de algo más de un año, se apagaron luces que alumbraron a la prensa orureña, cuatro colegas pasaron a formar parte de los privilegiados que descansan en paz en el maravilloso espacio del Reino Divino.
La reciente lucecita que se apaga era la de un maestro de generaciones, la de un amigo sincero, la de un voluntarioso periodista que escribiendo verdades y relatando hechos, mostraba un estilo particularizado por su sencillez, claridad, pero sobre todo valentía y honestidad. Se apagó la vida de Augusto Dávila Sanabria.
Pasó los noventa años de una vida dedicada sin claudicaciones al periodismo, era un profesional de leyes, la que ejerció muy poco pues, como él mismo dijo, su destino era trabajar orientando, informando y sirviendo a la colectividad. Potosino de nacimiento, pero orureño de corazón y de convicción, defendiendo los intereses de ésta tierra que lo acogió, hizo familia en Oruro y le dedicó a esta tierra la mayor parte de su atención, fanático del Carnaval y prominente defensor de los intereses cívicos de Oruro.
Si hay algo que se rescata en casi un siglo de vida, es el testimonio de quienes conocieron y compartieron con un distinguido profesional, una vida en la que asomaba la condición de niñez, en que mostraba el ímpetu de la juventud, o tenía la habilidad y sapiencia de compartir con adultos o consolar a los ancianos, una vida multifacética y suavemente dispersa para compartir en cualquier ocasión.
Apolítico en su integridad, pero conocedor pleno del desarrollo y las travesuras de los políticos, un amigo entrañable manejando la amistad a toda prueba, una personalidad de inquebrantable positivismo, de una integridad moral incomparable un dechado de virtudes de las cuales disfrutamos sus más próximos amigos.
Augusto Dávila Sanabria, deja este mundo con la tranquilidad del deber cumplido, de haber satisfecho todas sus expectativas haciendo lo que más le gustaba, escribir para que todos sepan lo que pasa "en nuestro pequeño mundo", como calificaba al entorno de su vida cotidiana.
El Doctor Dávila fue fundador del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro, del Círculo de Periodistas Deportivos de Oruro, Presidente de la Asociación de Periodistas, trabajó en el matutino LA PATRIA como Director, Jefe de Redacción, corrector de estilo y fue permanentemente un crítico del trabajo periodístico en general, pero además docente de la materia. Fue corresponsal del periódico Presencia, director del servicio de USIS en Oruro, Director de la Prensa y antes Director de Noticias, en general un maestro de muchas generaciones.
Su proficua labor le deparó satisfacciones especiales, recibió merecidas distinciones de la Prefectura y el Municipio, fue declarado Ciudadano Notable de Oruro en 1994, fue el primer galardonado con la medalla de oro "Enrique Miralles Bonnecarrere" en 2001, ganó el Premio Nacional de Periodismo en 2010, la distinción de la Asociación de Periodistas de La Paz, "Daniel Sánchez Bustamante" por su condición de formador de periodistas. Hay muchas más distinciones, todas muy bien merecidas que ahora serán parte del orgullo de su familia.
El tiempo y la vida pasan inexorables, Don Augusto se reunió con sus colegas y amigos que se adelantaron. Dios lo tenga en su Santa Gloria.
Fuente: LA PATRIA
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