"Atatay qué frío", "¿Cómo es?, Bienés", "sips, así nomás esps", son algunos de los dichos populares que se escuchan en Oruro, aunque existe un bagaje grande de ellos, sólo reproducimos algunos para tener una idea de lo que es la vida en esta frígida tierra donde abunda el calor humano.
Los orureños tienen sus tradiciones muy arraigadas, como se dice son "bien tradicionalistas", no es por alabarse, pero han convertido al matutino LA PATRIA en su patrimonio, tienen su Virgencita del Socavón, aunque la patrona de Oruro es la Virgen de la Asunción o Asunta, está el faro del Conchupata, convertido en símbolo de esta urbe, su imponente Sajama, aman su comida típica como es el charquekan, los rostros asados, el intendente, el cardán caldito y las tostaditas de cordero, no se puede visitar esta alta tierra sin probar su manjar más tradicional el api con pasteles y para brindar qué mejor que una Huari, los hinchas del "santo" desde la cuna hasta la muerte.
Se dice que las personas de tierras altas y frígidas son toscas, serias y calladas, pero la realidad es todo lo contrario, el frío clima se ve compensado con el calor humano que brinda cada ciudadano a los visitantes, es cierto que no es toda la población, como se dice "hay de todo en la viña del Señor", pero la mayoría está orgullosa de su tierra y quieren mostrar lo mejor de ella a quienes vienen a "turistear".
Un paseo al monumento de la Virgen Candelaria, o del Socavón, otro hacia el Santuario de la misma Madre, apodada por el sacerdote Jairo de Jesús Salazar, siervo de María, como la kachamoza, por su belleza sin igual, ahí también se puede descender a un oscuro socavón para observar lo que fue el auge de la minería en una visita al museo minero que se encuentra debajo del santuario, también se encuentra la figura del famoso Tío, guardián celoso del mineral, una simbiosis de ambos mundos. Sin salir del santuario se puede visitar el museo sacro y etnológico, donde se aprecian desde objetos religiosos hasta trajes folklóricos.
Otros lugares que los orureños muestran orgullosos son las figuras mitológicas pétreas, como la serpiente, el cóndor, al sur; el sapo en el norte y el lagarto en el este, donde además se pueden apreciar las impresionantes pinturas rupestres de Cala Cala.
Están los arenales, que también son parte de las leyendas y lugares como el puente Español, Chusaqueri, Iroco, Rumy Campana y San José, los museos Antropológico "Eduardo López Rivas", la Casa de la Cultura de la Universidad Técnica de Oruro, donde vivió uno de los más acaudalados dueños de minas, Simón Patiño, cuyo nombre y apellido se le dio al repositorio; eso sin salir de la ciudad, pues a las afueras y en las diferentes provincias también se tiene una riqueza cultural impresionante que asombra a propios y extraños por su belleza y originalidad.
La segunda actividad más próspera de Oruro es el comercio y los vendedores han convertido a la ciudad, prácticamente en un gigante centro de abasto, hay quien decía que si a esta urbe le ponen un toldo sería el mercado más grande del mundo, donde se encuentra de todo y para todo bolsillo, allí se escucha: ¿Cuánto cuesta, por qué tan caro? Rebajaps casera. También, "caserito llevate pues" y sin dar siquiera chance a preguntar el precio le dirán "te voy a rebajar, llevate pues".
Otro de los dichos que se escuchan en la tierra del Pagador es: "no seas así pues", pero nunca describirán cómo es una persona y qué es lo que deben evitar para "no ser así", o también "bien este eres" o finalmente un ¿por qué eres tan cómo se dice? ¿por qué no eres más de otra clase?.
Pero en las noches de tertulia, en los tradicionales bares lo que siempre escuchará decir a los orureños es "salud por el tema", y la contestación "salud, derecha manda", "hazte querer", "¿qué pasa pues?, aquí no hay cariño", "recogete nomás ya", "dositos más y nos vamos", "la del estribo", "ultimito y nos vamos", "¿dónde continuamos?".
También se podrá escuchar dichos de acuerdo al clima que se vive en Oruro "el frío se está waseando", "me coagulo", "me estoy cuajando", "estamos hechos tayacha".
Como diría Manuel Monroy Chazarreta, "El Papirri", es la metafísica popular de los orureños, que tienen una forma de hablar muy peculiar, por la que se los reconoce al instante, algunos dichos y palabras son sacados de las teleseries que se transmiten en la región, por lo que hay algunas adaptaciones como "qué waso, te estás waseando", una frase que a veces hasta causa risa es "no así también", o "bien estaba ¿no ve?", "endenantes se ha ido", "a ver chequea esto", "no seas gil".
También hay frases especiales para el transporte como cuando se quiere que una movilidad de servicio público se detenga, "esquinaaa", "maestro parámelo", "cóbrese", "¿pueden estrecharse?", "aprovecharé maestro".
Por otra parte, se tienen dichos para las reuniones, como "¿vamos a los Apis?", "nos vemos en los agachaditos", "¿unas chelas (cerveza)?".
Algunas de las que ya están desapareciendo son frases como "nos vemos en el chupete (reloj ubicado en la esquina sureste de la plaza principal)", "a la Tetillaaaaa" (cuando había un desafío para pelear), "vamos al muro" (otra invitación a la pelea), ya que hablamos de disputas, hay algunas agresivas como "vas ver a la salida", "a ver al cine" y algunas hasta forman parte de letras de canciones como "se sufre, pero se aprende".
Ese es un repaso rápido y quizás no muy abundante de dichos y otras cositas que hay en Oruro, que si bien no tiene el mejor paisaje, el mejor clima, pero su gente recibe a los visitantes con el corazón abierto y como diría un típico quirquincho (orureño): "esito sería".
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