Por fin se asumirá una labor conjunta entre las aduanas de Bolivia y Chile para ponerle freno al contrabando de ropa usada, una decisión que está en la agenda de las autoridades superiores del control de internación de mercadería o productos que afectan la economía y la industria de ambos países, tal el caso de la ropa usada que se desembarca en puertos chilenos y se distribuye entre comerciantes que principalmente la introducen al mercado boliviano.
El tema es extremadamente sensible a los intereses comunes de ambos países, pero con un efecto de mayor daño a la industria productiva boliviana que tiene en esa mercadería una competencia desleal y peligrosa para los productores manufactureros que deben limitar su producción al punto de disminuir sus ingresos ostensiblemente e incluso verse obligados al cierre de actividades con marcada incidencia en la pérdida de centenares de empleos.
Para definir acciones conjuntas contra el contrabando de ropa usada, las máximas autoridades de la Aduana Nacional de Bolivia y del Servicio Nacional de Aduanas de Chile se reunirán la segunda quincena de agosto en la ciudad portuaria de Iquique, donde se efectuará un recorrido por los controles de aduana que deberán ser equipados convenientemente para anular la internación ilegal de ropa usada en ambos países.
El proceso de introducción de miles de fardos de ropa usada, tiene su origen en la llegada a puertos chilenos procedente especialmente de EE.UU. pero también de puertos asiáticos (China) y otros de Europa, en todo caso por la vía de importación controlada, hasta su desembarco en esos puertos, donde el hecho legal se transforma en ilícito, una vez que los destinatarios de la mercadería eluden obligaciones y transfieren los bultos a comerciantes minoristas que hacen trabajo de contrabando.
La actitud de los comerciantes mayoristas y minoristas ocasiona un problema de magnitud en el comercio de textiles producidos en Chile, por lo tanto es un factor competitivo irregular que será combatido con la adopción de medidas radicales coordinadas con la aduana boliviana para liquidar este ilícito comercio.
El contrabando de ropa usada es impresionante por la cantidad de fardos que se decomisan con inusitada frecuencia y que parecería no afectar de manera radical a los comerciantes ilegales, pues los fardos de la mercadería son redobladamente introducidos en nuestro país desde los puertos chilenos, lo que demuestra que rige un comercio muy fuerte que burla los controles regulares a cargo del servicio chileno de aduana, razón que impele a las dos entidades para que definan una estrategia conjunta de control, que naturalmente debe comenzar en Chile, donde llegan los gigantes embarcos de ropa usada.
Por lo que se aprecia actualmente es que de manera conjunta autoridades de las dos aduanas, intercambiarán ideas dirigidas a establecer sistemas de mayor control a la introducción de ropa usada y su distribución en puertos chilenos, desde donde penetra al mercado boliviano a través de caravanas de transporte que circula por la extensa frontera entre ambos países y donde se dispondrá en adelante un control especial para combatir esa ilícita tarea del comercio de prendería usada.
No es todo, pues el asunto no sólo se trata de ejercer mayor control aduanero, tiene además otras implicaciones de orden social y que también debe tener un cuidadoso análisis en los niveles de actividad legal en los rubros de textiles en ambos países, más en el nuestro, donde los pequeños y medianos productores necesitan verdaderos incentivos para competir con la ropa vieja.
Fuente: LA PATRIA
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