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Domingo 19 de julio de 2015

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Cultural El Duende

Luis Ramiro Beltrán Salmón un ejemplo de vida y trabajo

19 jul 2015

Mario D. Ríos Gastelú

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Pocos perfiles hubo en el periodismo boliviano con ejemplar trayectoria como el de Luis Ramiro Beltrán Salmón, un orureño de comportamiento abierto a todo aquello que estuvo ligado a la Comunicación profesional, al periodismo cotidiano, y a la enseñanza volcada hacia la juventud. Oraciones con profundo sentimiento; palabras de reconocimiento a su indeclinable servicio al prójimo y cánticos empapados de lágrimas, le dieron el adiós en un domingo cargado de congoja y recuerdos.

Junto a su esposa colombiana Nora Olaya, reconocidas personalidades del ámbito del periodismo, el arte y la comunicación le dieron el adiós. Un grupo amigo le cantó versos del cancionero popular muy acordes a sentimientos imborrables: Tú eres mi hermano del alma, realmente un amigo. / Es tu corazón una casa de puertas abiertas. / Tú eres realmente el más cierto en horas inciertas? Expresión sincera de esa amistad que nunca pidió recompensa, amistad que hacía posible remplazar la tristeza por un rostro sonriente.

Seis décadas

Pasaron sesenta años desde la primera noticia publicada por Ramiro cuando sus inquietudes lo llevaron a incorporarse al diario La Patria. Seis décadas coronadas por consecutivos éxitos, resaltados por el doctorado en Comunicación. Cada escalón vencido significó reconocimientos internacionales sumados a galardones nacionales, siendo el primer periodista distinguido con el premio mundial de comunicación: McLuhan Teleglobo Canadá, creado para la UNESCO. El Gobierno de Bolivia lo distinguió con el Cóndor de los Andes y fue homenajeado con el Premio Nacional de Periodismo de la Asociación de Periodistas de La Paz. Logró distinciones de la Universidad Católica de La Paz y la Universidad Técnica de Oruro. Recibió doctorados de la Prefectura y Alcaldía de Oruro, sumándose la condecoración al Mérito Educativo otorgado por el gobierno de Ecuador.

Así como sus inquietudes periodísticas tuvieron trascendencia en nuestro medio, su inclinación a la literatura no estuvo ausente. Incursionó en la poesía con su obra "Pasos en la Corteza", en tanto que para el teatro escribió el libro "El cofre de selenio". Jamás se apartó del buen humor y deleitó con relatos, chistes, imitaciones y cantos acompañados por bombo, pinquillo o charango que él mismo cargaba en su llamado "equipo de relajo" para luego amenizar con resonancias populares y folclóricas actos festivos con amigos o familiares.

El comienzo

A pasos ligeros se alejaba de la niñez Luis Ramiro. A los catorce años sus inquietudes periodísticas asomaron en un escenario caracterizado por el ejemplo que recibiera de sus padres: Bethsabé Salmón, su madre, había fundado y dirigido el periódico Feminiflor, un vocero destinado al mundo femenino; su padre Luis Humberto Beltrán, también periodista -fallecido en la contienda de la guerra del Chaco- desarrolló las mismas inquietudes en el matutino La Patria, fundado por Demetrio Canelas. Era obvio que Ramiro revelara sus deseos de ser periodista, dado el ejemplo, la inquietud y la entrega de sus progenitores, a lo que entonces se llamaba un oficio. Esa predisposición a labores de prensa comenzaron a revelar sus dotes innatos cuando fundó la revista Vanguardia Estudiantil, de la cual también formó parte su hermano Marcel Beltrán y Abraham Portillo, hombre de talleres del plomo.

En su libro Con la tinta de imprenta en las venas, Ramiro Beltrán cuenta aquellos días de juventud y el impulso que le diera su madre quien lo presentó a periodistas de prestigio, allá por los años cuarenta: Rafael Ulises Peláez y David Ríos Reinaga. Fue un tiempo en el cual su labor de asistente de reportero pasó a reportero con fuentes de información especificada, aunque confesó que siempre estuvo donde se originaban las noticias, cualquiera sea el área informativa.

Su entrega al periodismo tuvo otras inquietudes, como el dar a la noticia un tono de buen humor, de tal manera que lo aparentemente intrascendente logre atraer lectores. Esa experiencia valió mucho cuando Ramiro tuvo que dejar su tierra natal y partir rumbo a la ciudad de La Paz el año 1945. En esta ciudad continuó sus estudios secundarios y también fundó, junto con Ricardo Ocampo, el semanario Momento, cargado de buen humor.

Sin embargo, sus labores en la sede de gobierno se interrumpieron, pues una invitación de Enrique Miralles para que Ramiro Beltrán retorne a Oruro y se incorpore a La Patria para asumir responsabilidades desde la Jefatura de Redacción del sub decano diario de Bolivia, determinó su regreso a la tierra de su añoranza. Allí se vinculó con figuras que muchos recordamos, porque también en Oruro y La Paz, compartimos labores periodísticas en diferentes medios de comunicación. Los nombres se suman y emergen con la claridad de la amistad y el trabajo profesional, como el caso de los inolvidables Pablo Arrieta y Walter Villagomez, el ejemplar Ramiro Cisneros, el ponderado Mario Rueda Peña y los dibujantes Raúl Gil Valdez y Pepe Luque.

Rumbo a Nueva York

Sorpresivamente tuvo que dejar las columnas de La Patria, al darse la opción de un viaje a los Estados Unidos de Norteamérica auspiciado por el diario New York Herald Tribune. Con ese fin, previamente se realizaba un concurso en La Paz, evento que Beltrán lo ganó. Su éxito lo llevó a la "capital del mundo" donde compartió alojamiento y actividades con jóvenes de varios países allí reunidos. Logró éxito con entrevistas a personalidades de la política y la cultura, resaltando su encuentro con Ingrid Bergmann, estrella cinematográfica. Finalmente, participó del Foro Interamericano de Estudiantes realizado en el famoso hotel Waldorf Astoria, terminando el ciclo de visita a EE.UU. De regreso a Bolivia, se vio obligado a dejar las páginas de La Patria al dar paso a nuevos compromisos en La Paz.

El comunicador

Ya reveladas sus aptitudes periodísticas, Ramiro Beltrán tomó muy en serio la Carrera de Comunicación en la cual lograría el doctorado. Su visión de cuanto ocurría en el periodismo de Bolivia, lo impulso a estudios mayores, tiempo en el que comenzaban a desarrollar la enseñanza universitaria destinada a medios de comunicación que, en Bolivia, superó todo cálculo optimista, hasta llegar a un insólito número de medios audiovisuales y radiales.

La visión profesional de Beltrán fue valiosa desde todo punto de vista. Día a día, Luis Ramiro sentía plena satisfacción por estar ligado a medios de prensa, proyectar sus conocimientos por universidades y entidades menores en las que se despertaba la afición a programar diariamente la noticia, ampliar al comentario y dar vida a los sucesos a través de una pluma ágil y siempre sujeta a la verdad. Fue así que se sumaron los éxitos y su imagen cobró enorme relieve internacional, algo que no se da frecuentemente.

Premio McLuhan Teleglobo

Creado el año 1982 por la Comisión Canadiense, para la UNESCO, se aprobó otorgarlo cada dos años a partir del año 1983, al ser proclamado por Naciones Unidas "Año Mundial de la Comunicación". Este premio internacional está dedicado a la personalidad de Marshall McLujan, filósofo canadiense de comunicación y es otorgado en reconocimiento a quienes contribuyen de manera excepcional a las actividades científicas, culturales o artísticas.

Reconocidos los méritos de Luis Ramiro Beltrán Salmón, en noviembre de l983 se lo distinguió con este galardón dadas sus labores de difusión y orientación en el área de la Comunicación profesional. Entonces, radicado en Colombia, Beltrán recibió el aplauso y admiración de personalidades por haber prestigiado una profesión que honra, no sólo a Bolivia, sino a Latinoamérica.

Cóndor de los Andes

En diciembre de 1983, Luis Ramiro retornó a Bolivia y puso a los pies de su madre, Betshabé, el premio recibido, actitud de gratitud y reconocimiento hacia la persona que lo encaminó en las actividades periodísticas. Ese mismo año el Presidente de la República de Bolivia Dr. Hernán Siles Zuazo, decidió que su gobierno le otorgará el mayor galardón de Bolivia: Cóndor de los Andes en el grado de comendador.

Premio Nacional de Periodismo APLP

La trayectoria periodística de Beltrán Salmón, también fue reconocida el año 1993 por la Asociación de Periodistas de La Paz, otorgándole el Premio Nacional de Periodismo, reconocida su entrega a "La Noticia" inaugurada a los 12 años de edad en la ciudad de Oruro y continuada en La Paz y países de Sudamérica hasta coronarla exitosamente con el profesionalismo logrado en la Comunicación.

Una estantería instalada en su domicilio, conserva sus trofeos, medallas y diplomas que fueron reconocimiento a una labor ejemplar. Su fallecimiento deja vivo su ejemplo para las generaciones que llegan al quehacer de la comunicación profesional.

* Mario Ríos Gastelú. Oruro, 1931. Escritor y periodista cultural.

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