Bolivia: Tierra bendecida por el Papa Francisco

Ha dejado una gran impronta la breve visita del Papa Francisco a Bolivia a pesar de que apenas estuvo 48 horas, 4 en El Alto y en la Paz y el resto en Santa Cruz de la Sierra. Si bien su finalidad era ante todo pastoral y religiosa, las referencias sociales políticas eran inevitables. Mencionamos algunas más relevantes.

El Presidente dio un caluroso saludo calificando al huésped como "el Papa de los pobres, identificado con San Francisco de Asís, quien renunció a los bienes materiales y fue consecuente con uno de los postulados fundamentales del cristianismo que es la lucha a favor de los pobres, al igual que nuestro proceso de cambio que trabaja por los más necesitados".

Creemos que este sabio consejo habría podido evitar la demanda jurídica iniciada por Bolivia en la Corte Internacional de La Haya, proceso moroso y costoso, que en caso favorable, obligaría a Chile a negociar, pero no a ceder una salida soberana al mar como plantea Bolivia. Por eso la palabra del Papa muestra su apertura para acercar a ambas partes.

Tal como estaba previsto, en el descenso por la autopista a la ciudad de La Paz, se detuvo el séquito papal en la curva donde en 1980 fue encontrado el cadáver del Padre Luis Espinal, sacerdote, arrojado después de haber sido brutalmente torturado y baleado por paramilitares, poco antes de la instalación del gobierno de facto de Luis García Meza. El Padre Espinal luchó por los pobres en sintonía con grupos revolucionarios con los que fundó y dirigió el semanario Aquí. En su última edición el Semanario anunciaba la divulgación de las pruebas de que el Coronel Arce Gómez, estaba involucrado directamente en el narcotráfico. El entierro del Padre Luis Espinal fue uno de los más multitudinarios y sentidos, realizado en Bolivia.

El Papa, también jesuita como Espinal, se paró e hizo una breve oración: "Que el Señor tenga en su gloria al Padre Luis Espinal que predicó el evangelio que nos trajo libertad, que nos hace libres como a todo hijo de Dios. Jesús nos trajo esa libertad y Él predicó ese Evangelio. Que el Señor lo tenga junto a Él. Dale señor el descanso eterno y brille para Él la luz que no tiene fin. Descanse en paz".

El recuerdo de Espinal volvió a suscitar controversia en el posterior encuentro en el Palacio de Gobierno al recibir el Papa unos obsequios del Presidente. Entre ellos, además de una casulla bordada con hilos de oro, le entregó también una talla en madera con la hoz y el martillo, símbolo del comunismo. Incrustada en el martillo estaba la imagen de Cristo Crucificado. Este tallado, realizado por el mismo Espinal, expresaba su sueño utopista de colaborar el cristianismo con el marxismo en su lucha a favor de la igualdad social. Esta posición de diálogo que dio lugar a varios encuentros en Europa, sin embargo, históricamente se ha visto como imposible ya que los postulados filosóficos y sobre todo teológicos son inconciliables.

El Papa sonriente recibió la talla, pero al darse cuenta de su significado habría dicho "eso no está bien", la frase no se escuchó claramente por la TV estatal que transmitía el acto. El Papa también recibió de Morales la máxima condecoración de Bolivia, "Cóndor de los Andes", y también la medalla distinción "Luis Espinal" con la efigie arriba descrita.

Ya en Santa Cruz, al término de su estadía en Bolivia, al celebrar la misa en la Capilla del Cardenal Julio Terrazas, que aún estando enfermo asistió, el Papa anunció que había entregado a la Virgen de Copacabana, declarada Reina de Bolivia en 1925, las dos distinciones conferidas el miércoles por el Presidente Evo Morales con estas palabras".

"Agradezco el cariño del pueblo boliviano y agradezco esta fineza, esta delicadeza del señor Presidente y quisiera dejar estas dos condecoraciones a la Patrona de Bolivia, a la Madre de esta noble Nación para que Ella se acuerde siempre de su pueblo y también desde Bolivia, desde su Santuario, donde quisiera que estuvieran, se acuerde del Sucesor de Pedro y de toda la Iglesia y desde Bolivia la cuide".

Luego pronunció esta oración: "Madre del Salvador y Madre nuestra, tú Reina de Bolivia, desde la altura de tu Santuario en Copacabana atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges. Recibe como obsequio del corazón de Bolivia y de mi afecto filial los símbolos del cariño y de la cercanía que -en nombre del Pueblo boliviano- me ha entregado con afecto cordial y generoso el señor Presidente Evo Morales Ayma, en ocasión de este Viaje Apostólico, que he confiado a tu solicita intercesión.

Te ruego que estos reconocimientos, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que recuerdan la nobleza del vuelo del Cóndor en los cielos de los Andes y el conmemorado sacrificio del Padre Luis Espinal, S.I. sean emblemas del amor perenne y de la perseverante gratitud del Pueblo boliviano a tu solícita y fuerte ternura. En este momento pongo en tu corazón mis oraciones por todas las peticiones de tus hijos, que he recibido en estos días, tantas. Madre, te suplico que les escuches; concede a ellos tu aliento y tu protección, y manifiesta a toda Bolivia tu ternura de mujer y Madre de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

Podemos concluir que esta breve estadía papal en tierras bolivianas ha sido esperanzadora como inicio de una relación más fraterna y positiva entre el gobierno de Bolivia y la Iglesia Católica, mayoritaria en Bolivia. El amor a Jesús Crucificado y a la Virgen María forma parte de las diversas culturas de nuestros pueblos y sigue siendo el gran lazo de unión entre nuestros pueblos, para que la cultura de la vida y la fraternidad triunfe sobre la cultura de la enemistad y de la muerte.