El azúcar, rey de la fiesta en el Ramadán de Níger
12 jul 2015
Fuente: Niamey, 11 (EFE).-
Issa Ousseini
Ramadán rima con azúcar en Níger: en este país que está entre los más pobres de África, con un 97% de población musulmana, el azúcar es el centro de la mesa en las comidas de ruptura del ayuno y el más apreciado, el que se lleva de regalo a cualquier casa donde uno es invitado.
En este Ramadán de 2015, con temperaturas que rondan los 40 grados a la sombra poco después del mediodía, la vida se apaga en mitad de la jornada, y solo vuelve a retomar su pulso a partir de las cinco de la tarde, ante la inminencia del desayuno de ruptura que se celebra al ponerse el sol.
Es con el sol descendente cuando los mercados se animan, los vendedores de dátiles y de bebidas frescas salen de su letargo y cuando las grandes ollas con guisos comienzan a cocinarse a fuego lento y a alegrar las caras de quienes ayunan.
El mes sagrado cambia los hábitos alimentarios: se come menos horas, pero se come más variado: cereales, leche, azúcar, verduras y frutas deben estar presentes en todas las mesas aunque durante el año algunas de ellas sean un lujo.
Para los más pobres, no faltará en su mesa la sopa de mijo y los dátiles (sueltos o en pasta para los más pobres), y son estos los dos alimentos que se ofrecen a los menesterosos en las puertas de las mezquitas, en un mes en que es tradicional que se multipliquen las obras de caridad.
El "kopto" es otro de los platos imprescindibles de Ramadán: elaborado que la sopa de mijo, consiste en un guiso hecho a base de col al vapor u hojas hervidas de moringa, a las que se añade pasta de cacahuete y "soumbala" (semillas molidas de neré típicas de toda África occidental).
En cuanto a la práctica religiosa, el Ramadán también supone grandes cambios para los nigerinos: las mezquitas son tomadas en masa por los fieles, especialmente en los primeros días del mes de ayuno, incluso por aquellos que no ayunan, como comenta irónicamente el sociólogo Salissou Adamou.
Adamou recuerda un hecho que comparte todo el mundo musulmán: los que no ayunan no lo tienen fácil porque los restaurantes y cafés están cerrados durante las horas diurnas y procurarse comida es mucho más difícil que mimetizarse en el ambiente y hacer como los demás.
Sin embargo, Adamou recuerda que no hay ley que obligue a respetar el ayuno debido al carácter laico de la república y, si bien los ulemas recomiendan no comer en público "por una cuestión de decencia", no hay ninguna sanción legal ni social contra quienes se atreven a infringirlo.
En este mes de piedad y abstinencia, en el que paradójicamente se dispara el consumo de alimentos, muchos comerciantes aprovechan cada año la fuerte demanda para imponer alzas de precios, sabiendo que serán pagados de uno u otro modo porque no hay nada más triste que una mesa desabastecida en una noche de Ramadán.
De todos los productos, sin duda el más demandado en Níger es el azúcar, convertido en los últimos tiempos en símbolo de abundancia: se usa para endulzar las bebidas, agasajar a empleados, ofrecer a los familiares cuando hay una invitación o regalarla a los pobres como obra de caridad.
Fuente: Niamey, 11 (EFE).-
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