Papa a privados de libertad de Palmasola: "Reclusión no es lo mismo que exclusión"
11 jul 2015
Fuente: La Paz, 10 (ANF).-
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El Papa Francisco recordó a los y las privadas de libertad del Centro de Rehabilitación de Palmasola que la reclusión no debe ser sinónimo de exclusión y que la privación de libertad forma parte de un proceso de reinserción social. "Son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar -lo sé bien-: el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación, la violencia", sostuvo, y pidió una necesaria, rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas.
Representantes de los casi 5.000 privados y privadas de libertad de Palmasola prisión que tiene una capacidad para 800 internos según Cáritas y alrededor de una docena de reclusos de otros penales del país, le transmitieron al Pontífice la vulneración de derechos que sufren en el interior de los centros penitenciarios y le pidieron amnistía y beneficios penitenciarios, además de entregarle varios presentes. Francisco se mostró cariñoso con ellos y especialmente con los menores de edad que habitan el recinto con sus padres.
Por su parte Jesús Suárez, arzobispo de Sucre, recordó que "es un escándalo en Bolivia la retardación de la justicia que hace que el 84% de los y las privadas de libertad no cuenten con una sentencia, lo que les niega la dignidad humana". Suárez abogó por la justicia restaurativa de una sociedad sin cárceles.
Analía Parada, representante de las internas, habló de las necesidades de las mujeres privadas de libertad y del "terrorismo jurídico" direccionado a personas de escasos recursos económicos, "que no pueden comprar justicia", en contraposición de "aquellos que gozan de poder económico pueden eludirla y contratar un juez y fiscal prevaricador y corrupto antes que un buen abogado", dijo bajo una ola de aplausos.
Parada recordó que en Palmasola hay 330 internas, algunas embarazadas, mujeres de la tercera edad o con enfermedades terminales "que no deberían esta privadas, ya que son protegidas por el Código de Procedimiento Penal boliviano y que son pisoteadas por la Administración de Justicia", denunció. Concluyó su intervención con el pedido de amnistía -perdón del delito- para las sentenciadas a 30 años que hayan cumplido la tercera parte de la condena y que se aplique también a embarazadas, madres lactantes y mujeres adultas mayores.
Andrés Céspedes, un joven de 22 años privado de libertad, le hizo conocer al Papa la precariedad de las condiciones de vida dentro del penal, "lo que más me llamó la atención cuando llegué fue ver a la gente durmiendo en el piso como animales, ahora ya me parece hasta normal", comentó resignado. También le informó de los escasos 6,60 bolivianos con los que se "mal-alimentan" -un reclamo general en todo el país- y la inexistencia de programas de reinserción promovidos por el Estado. Alabó la labor de la Pastoral Penitenciaria de Cáritas que implementa programas de estudios básicos y superiores dentro de las cárceles del país.
Su Santidad se presentó ante la multitud como un hombre "perdonado [?] salvado de sus muchos pecados", y afirmó que no tenía mucho más para ofrecerles excepto "la misericordia del Padre [..] que quiere levantarlos siempre".
También recordó a los y las privadas de libertad que la convivencia depende de ellos. "El sufrimiento y la privación pueden volver nuestro corazón egoísta y dar lugar a enfrentamientos, pero también tenemos la capacidad de convertirlo en ocasión de auténtica fraternidad. Ayúdense entre ustedes", les recomendó.
Y envió una palabra de aliento a las familias de los reclusos y a los trabajadores del centro, a los que dijo que cumplen un servicio público fundamental y que tienen una importante tarea en este proceso de reinserción, "de levantar y no rebajar; de dignificar y no humillar; de animar y no afligir. Proceso que pide dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona. Generará mejores condiciones para todos. Ya que un proceso así vivido nos dignifica, anima y levanta a todos", concluyó.
ENTREGA DE REGALOS
Las y los privados hicieron entrega al Papa Francisco de una hamaca realizada por un interno con los colores del Vaticano. También una pintura con el perfil de su Santidad y el cuadro de la última cena tallado en madera por un preso que se tiene una enfermedad terminal.
Fuente: La Paz, 10 (ANF).-
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