Viernes 10 de julio de 2015
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La presencia del Vicario de Cristo, en el país, es una oportuna visita para rechazar epítetos lanzados en contra de quienes predican el evangelio, mucho más si esos ataques provienen de parlamentarios del Movimiento Al Socialismo.
El Papa Francisco expresa la palabra de Dios como un aliciente para perdonar a los que ofenden a Jesús, recordando que nuestra alma está saturada de la burla de los arrogantes y el desprecio de los orgullosos.
Al estar aquí, su Santidad, Jorge Mario Bergolio, vuelca su mirada a la gran familia boliviana para que reine la paz en los hogares, tomando en cuenta la historia de la vida y doctrina de Jesucristo, como base fundamental para la existencia del ser humano.
Ver al Pastor de la Iglesia, llena de alegría a los Católicos y cuanto hubiéramos deseado tenerlo en la Capital el Folklore Boliviano, para estrecharle en un abrazo porque se siente pobre, pero digno de servir al Creador, renovando la fuerza y el espíritu.
Su Eminencia debe estar seguro, de que siempre rezaremos por él, para que todos, con la bendición del Redentor, vivamos plenamente con gozo y felicidad.