El Papa de los pobres o el Papa del pueblo como se lo conoce ahora en el mundo, gustó de la amistad boliviana, de su historia, su paisaje y su clima en más de 48 horas en las que llegó a más de 4.000 metros de altura y descendió al oriente para cumplir una apretada agenda que lo acercó a la gente, la que le expresó su devoción y renovó su fe, con la visita del Vicario de Cristo en la tierra.
Sencillo como se lo observó de cerca, humilde y claro en sus expresiones, dijo muchas cosas interesantes que están impregnadas en mente, corazón y en la conciencia de los bolivianos, desde las más altas autoridades, hasta los más humildes ciudadanos de a pie.
La fe debe ser revolucionaria e inscribirse como mensaje de cambio y universalidad, debe crecer en la proporción de buscar la verdad y la justicia afirmó el Sumo Pontífice.
El mensaje del Papa Francisco es realmente un regalo de Dios a través de su representante terrenal, tan grande que insufla energía para tomar grandes decisiones en el diario vivir. Algunas de sus apreciaciones entre las muchas que por Él fueron vertidas, nos recuerda por ejemplo:
Que el bien común no es el bienestar de alguna gente, el bien común debe ser para todos y el bienestar no puede ser privilegio de pocos. Una alusión a las diferencias que todavía se mantienen en algunos estados en los que los mayores beneficios sirven a pocos y olvidan las mayorías.
En su mensaje evangélico Francisco, el Papa del pueblo, enfatiza en que "hay que trabajar por una Iglesia que sea fuerte por la fe de sus miembros y que el evangelio mismo es una luz que no encandila y que sin embargo ilumina a todos". Agregó que "la fe es un compromiso para extender el bien común hacia toda la gente, mujeres y hombres, niños, jóvenes, adultos y ancianos". Remarcó que hay muchos ricos pobres en fe y muchos pobres ricos en fe.
Aunque en otra latitud geográfica, un diplomático señalaba enfáticamente que el tema del mar boliviano no sería abordado por el Pontífice del Vaticano, este personaje sencillo y absolutamente justo, indicó que "Acá pienso en el mar, el diálogo es indispensable". Su preocupación sobre el tema se reafirmó cuando propuso "Hay que construir puentes en lugar de levantar muros, hay un desafío por lograr unidad, hay que buscar el camino de la integración, hay que buscar soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas y en todo caso nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución".
Recordó el cumplimiento de los mandamientos del Evangelio y señaló que "también valen los mandamientos de vuestra cultura?no mentir, no robar y no ser flojo", añadiendo que con esos lineamientos, es fundamental pensar en la familia, no hacerlo sería dejar desprotegidos a los más necesitados.
El Sumo Pontífice, el primer Papa latinoamericano, bendijo nuestra tierra y a sus habitantes, dijo que "Bolivia, es un país bendecido por Dios, estoy contento de estar en ésta patria que promueve la cultura de la paz", asintió a tiempo de recomendar acciones contra toda forma de pobreza y al final, pidió a los bolivianos que "no se olviden orar por mí". Un regalo inimaginable, pero real. Gracias Papa Francisco.
Fuente: LA PATRIA
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