La visita del líder espiritual de la Iglesia Católica a tres países de nuestra America es una luz de esperanza para la inmensa mayoría de sus habitantes que ven la posibilidad de ser escuchados en sus demandas justas, por el representante directo de la divinidad en la tierra. La cercanía y el cariño hacia los pobres y desposeídos que ha demostrado claramente el Papa Francisco desde el inicio de su pontificado ha calado hondo en el alma popular.
En Bolivia se prepara un extenso programa y varios encuentros con sectores de la sociedad que siempre han estado postergados y no escuchados, por ejemplo con los presos de la cárcel de Palmasola y 150 líderes de movimientos populares del mundo en Santa Cruz de la Sierra.
A su llegada a La Paz pidió masticar (acullicar) hojas de coca tal vez para mitigar los efectos de la altura probablemente recomendado por su equipo médico que conoce las propiedades de la hoja sagrada. Una delegación de productores cocaleros del Chapare se apresta a ofrecerle lo mejor de su producción para el acullico y otras organizaciones preparan alimentos y manjares exquisitos basados en harina y subproductos de la coca para que el Santo Padre pruebe sus bondades.
El consumo tradicional de la hoja milenaria se remonta a los orígenes del hombre americano y no ha dejado de ser un privilegio hasta hoy de los esforzados trabajadores, mineros, campesinos, transportistas etc. y gente simple de mucho esfuerzo que se benefician del efecto estimulante, nutriente y prodigioso que les ayuda a soportar las duras faenas diarias. El acullico en los misteriosos rituales vigentes de origen prehispánico acerca al individuo a lo sagrado, a esa espiritualidad inherente al ser humano que se manifiesta espontáneamente de manera personal y única en cada cual.
El interés del Papa Francisco en la hoja de coca es una señal para el mundo de recuperar el sentido sagrado de la vida que se aleja cada vez más del hombre contemporáneo producto del avance vertiginoso de la tecnología y el consumismo. Los elementos sagrados de la naturaleza que permiten la vida son tratados como mercancías y bienes de consumo que se pueden comprar y vender.
El aire, el agua, el fuego, la tierra y todo lo relacionado ya tienen dueño y son pocos los que ejercen ese excesivo poder frente a la gran mayoría de pobres que trabajan a su servicio para aumentar las desigualdades convenientes a sus intereses.
Cuando el mundo se entera de las propiedades estimulantes y nutrientes de la hoja de coca se produce un interés desmesurado por conocerla y probarla. Un médico naturista llamado doctor Pepper en Estados Unidos inventa un jarabe milagroso que curaba todos los males y viajaba en su carreta por pueblos y comunidades del lejano oeste aliviando las enfermedades de la gente humilde. Luego un empresario le compra la receta y la transforma en una bebida Cola que la propaga por todo el mundo manteniendo celosamente el secreto de su fórmula.
La comunidad científica de Europa a principios del siglo XX se fascina con el descubrimiento y logra conocer y aislar su molécula causando mayor interés en las clases altas que en un principio la utilizaban en operaciones oculares y otros usos médicos pero provocaba una tremenda adicción y dependencia física y psíquica.
De esta manera se conoce la cocaína que en un principio se promocionaba como un poderoso estimulante y su consumo aportaba innumerables beneficios a la salud humana, hasta que fue declarada como droga peligrosa y adictiva, entonces satanizada por los estragos que estaba causando entre sus consumidores que se incrementan especialmente en las clases altas con mayores recursos económicos.
El café, el te, la yerba mate, el chocolate y otros estimulantes orgánicos que provienen de plantas como la hoja de coca son elementos naturales que han estado presentes en todo el desarrollo de las civilizaciones desde tiempos inmemoriales y han sido utilizados de manera ritual para vincular al hombre con sus divinidades. Los países andinos productores de la hoja de coca deberían compartirla con el resto del mundo y exportarla en su estado natural a todos los rincones del planeta para alivianar el trabajo duro de los esforzados trabajadores en todas las actividades de la gente humilde y sencilla que siguen manteniendo a pesar de todo su espiritualidad y su verdad.
La señal que nos muestra el Papa Francisco en su visita a Bolivia al situarse al lado de los más pobres y necesitados acullicando la hoja milenaria nos conduce a re-descubrir los valores humanos fundamentales presentes desde siempre en los rituales sagrados que nos acercan a Dios.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.