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Domingo 05 de julio de 2015

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Revista Dominical

Búsqueda frenética de la belleza

05 jul 2015

Fuente: LA PATRIA

Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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Julie McCabe, mujer británica que a los 38 años de edad murió un año después de haber caído en coma, debido a la reacción alérgica que le provocó uno de los componentes químicos del tinte que usó, perteneciente a una marca reconocida en el nivel mundial. El hecho ocurrió en el año 2012 y causó una gran polémica que con el tiempo quedó en el olvido.

Según los medios británicos que dieron la información, luego de aplicarse el tinte, Julie empezó a tener dificultades para respirar y sufrió un fallo cardiaco que le causó daños cerebrales, nunca se recuperó y finalmente falleció. Sus familiares culpaban de la reacción extrema a la sustancia química que se encuentra en los tintes para el cabello, denominada parafenilendiamina (PPD).

Según los expertos "una reacción alérgica no necesariamente comienza la primera vez que se utiliza un producto. Puede ocurrir después de varios usos. A los usuarios de tintes de pelo se les recomienda que realicen una prueba aplicando una pequeña cantidad en la piel 48 horas antes del tratamiento cada vez que se utilice".

Muchas mujeres llegan a extremos, y quedan lisiadas o mueren en busca de la belleza exterior, porque se someten a cirugías estéticas, tantas veces sin saber si su cuerpo es apto para este tipo de intervenciones. Otras quedaron hechas unos monstruos en lugar de verse mejor, porque no todas las pieles tienen la capacidad de cicatrizar de la mejor manera, algunas personas son tendientes a desarrollar lo que se llama queloides, crecimiento excesivo del tejido cicatricial, muchas otras, incluso en su afán por verse mejor pero no contar con los recursos necesarios, acuden a charlatanes que les suministran productos no aptos para el ser humano y terminan en verdaderas fatalidades.

Por otra parte, hay féminas que en su obsesión por verse bien desarrollan patologías como la anorexia o la bulimia, poniendo en peligro su propia vida al asumir conductas nocivas como dejar de comer o hacerlo en exceso para luego vomitar lo consumido, pues bajan de peso al extremo de enseñar unos cuerpos casi en estado cadavérico, pero ellas continúan percibiéndose a sí mismas como gordas.

FANTASÍA VS. REALIDAD

Esa búsqueda frenética de la belleza física se debe a varios factores, en primer lugar, con la aparición de la televisión se vende una realidad virtual que difiere de la verdadera, pero promete ser mejor, por lo que se presenta a mujeres muy bien maquilladas, con cuerpos esculturales, que les cuestan a las actrices muchas horas en el gimnasio, de maquillaje, tratamientos y en algunos casos hasta cirugías.

Con la aparición de herramientas para la edición de imagen, como el photoshop y otras, se ha distorsionado la realidad de tal forma que muchas personas quieren parecerse a aquellas que se ven en las fotos o imágenes de video, sin darse cuenta que los defectos que poseen esos modelos son editados y simulados a través de programas computarizados.

Además proliferaron las empresas que venden cosméticos, joyas y ropa por catálogo, donde sus modelos aparecen hermosas y sin defectos, que en apariencia el maquillaje cubrirá, apelan a la estructura mental de la mujer, con seguridad previamente muy bien estudiada por psicólogos, pues es inevitable para ella porque es una característica que la distingue de los varones, la tendencia a idealizar todo, a vivir y dar más crédito a su mundo de fantasía. La psicóloga Pilar Sordo, en su libro Viva la Diferencia, hace referencia a esta cualidad y la describe con un ejemplo, señala que la fémina que ve el anuncio de un champú y observa lo hermoso, suave, saludable y sedoso que se ve el cabello de la modelo, que fue recién tratado, peinado y se lo mantiene así con ciertos artilugios hasta que se haga la foto, corre a comprarlo y se desilusiona cuando descubre que el suyo no queda igual, además puede verse inclusive hasta peor, dependiendo de la química que tenga.

Esa particularidad es aprovechada por las casas que ofrecen cosméticos y les brindan la promesa de hacerlas ver hermosas y, las mujeres se lo creen, porque están en modo "Isla de la fantasía".

Otro aspecto a considerar es el estereotipo mental del ser humano de entender que sólo lo bello es bueno, y de ahí la necesidad de las personas de aparentar antes que ser, para mostrarse antes que sentirse, todo ello enfocado en paradigmas de hermosura o conducta que no condicen necesariamente con la realidad de la vida.

COMPARACIÓN

Otra característica clásicamente femenina es que se tiende constantemente a la comparación, las mujeres siempre se están comparando con sus iguales y a veces hasta compiten contra ellas, es por eso que les resulta fatal darse cuenta que escogieron un atuendo especial para alguna ocasión y otra lo lleva puesto en el mismo lugar, al mismo tiempo y durante el mismo acontecimiento.

Aparte de ser una particularidad intrínseca de la estructura mental femenina, ahí tiene un papel muy importante la autoestima, pues una mujer que desarrolla afecto personal saludable y el amor hacia sí misma, puede dejar de lado las conductas arriba mencionadas.

ESPIRITUALIDAD

La belleza física, como todo lo material, tiene un principio y un final, no es duradera ni permanente, por eso en la misma Biblia se aconseja cultivar el mundo espiritual antes que el otro tipo de hermosura.

"Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme al Señor, ésa será alabada" (Proverbios 31:30). "Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón" (Proverbios 11:22). Ambas citas bíblicas muestran lo inútil que es cultivar la mera belleza física, olvidándose de los valores cristianos que fueron enseñados y fortalecidos por el mismo Jesús.

Asimismo, nada nos llevaremos a la otra vida, por lo que es más importante cultivar el espíritu que ir tras una búsqueda de una belleza pasajera que puede traer consecuencias negativas o inclusive funestas, pues ¿de qué servirá ser la más bella del mundo en un cuerpo inerte y con un alma en penumbras?

Cuando se cultiva la belleza espiritual se fortalece la persona desde lo más íntimo de su ser, por lo que no le importará la opinión de los demás, que hoy por hoy, tiende por lo general a ser negativa y crítica, lo que hace que la autoestima de la persona quien recibe esos comentarios se dañe profundamente y será difícil evitar la sensación de no valer, que le llevará a conductas nocivas como no comer, someterse a operaciones peligrosas o mal practicadas, o a regímenes extremos, a estados depresivos, que atenten contra su salud y su vida.

Fuente: LA PATRIA
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