Las relaciones bilaterales siempre han sido buenas, especialmente si las mismas son parte de un vínculo en el que además de un mero entendimiento diplomático existen otros marcados por tradiciones, afinidades culturales, signos de historia que paralelamente unen a pueblos hermanos, por encima de algunos intereses de corte estrictamente de política interna y coyuntural.
Es el caso de Bolivia y Perú, en el contexto sudamericano, separados por una extensa frontera, pero unidos por muchos aspectos que son parte de una práctica cotidiana y de una creciente opción de acuerdos comerciales que amplían los lazos de amistad y hacen más sólidas las transacciones que llevan y traen beneficios comunes.
En la última semana del mes pasado tuvo una repercusión importante el resultado de un encuentro que se cumplió en el Perú y reunió a ministros de Estado de ambos países, también parlamentarios pero además y es lo más sobresaliente a los mandatarios del Perú, Ollanta Humala que ofició de anfitrión con su colega boliviano, Evo Morales, para dialogar sobre futuros acuerdos.
Uno de los acuerdos más significativos es el logrado en materia energética que significa la apertura del mercado del sur peruano para el gas licuado boliviano (GLP) que aprovisionará la estatal petrolera YPFB. Ese acuerdo beneficiará a ambos países, en el caso boliviano eliminando las condiciones negativas en que se proveía del GLP a la zona peruana por la vía de contrabando, ocasionando un desfase en precio y en reservas para uso interno y al Perú porque existirá una dotación del producto para satisfacer las necesidades de una densa población y con precios regulados y menores que del contrabando.
Otros elementos importantes pueden considerarse los que definen estrategias conjuntas para disminuir y eliminar más adelante el tráfico de estupefacientes que se produce en ambos territorios. El flagelo del narcotráfico será objeto de una lucha permanente en las dos naciones. En el Perú una muestra de esa decisión fue la destrucción de pistas clandestinas en su territorio.
No estuvo ausente el diálogo sobre los planes que Perú y Bolivia desarrollarán a través de una comisión binacional para la rehabilitación plena del espejo lacustre que comparten ambas naciones, el lago Titicaca, afectado seriamente por la contaminación que alcanzó niveles increíbles en el último tiempo y que debe ser atendida con programas concertados para su ejecución a nivel conjunto.
Otro tema de suma importancia que se incluyó en la agenda de los mandatarios fue el relacionado con el proyecto del ferrocarril bioceánico que alientan Perú y Brasil con el financiamiento de China y que excluye a Bolivia en su trazo. El Mandatario boliviano reiteró y entregó su propuesta, la misma que será evaluada por su colega peruano, considerando que se trata de un proyecto importante de integración vial entre naciones vecinas y amigas.
El cierre de alto contenido solidario en la reunión de los mandatarios de Perú y Bolivia, se marcó con el explícito apoyo a la causa marítima boliviana, cuando se incluye en la "Declaración de Puno", que "el Perú mantiene su más amplio espíritu de solidaridad y comprensión en relación a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia". Una postura repetida una vez más en el Perú.
Por estos hechos que son el resultado de un vínculo amistoso inobjetable se reafirma el inmenso valor e importancia de la amistad bilateral, especialmente cuando ésta tiene fines de profundizar la confraternidad para fortalecer la integración regional.
Fuente: LA PATRIA
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