Hasta ahora no se arregla el conflicto de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba, son casi tres meses de vagancia, un país pobre no puede darse el lujo de no trabajar y estudiar, a título de cambio de docentes, este problema tiende a alargarse, con medidas brutales para que docentes extraordinarios sean evaluados con piedras, palos y dinamita al lado.
El problema de la UMSS, puede arrastrar a otras universidades del país, se conoce que dirigentes de algunas universidades se trasladan para apoyar este movimiento, estamos con tres meses de huelga, es mucho tiempo, pues sólo un grupo armado está tomando decisiones, atemorizando a 70.000 universitarios que pueden perder el semestre, los cursos de verano ya se perdieron. Mucha gente va a la universidad, a estudiar, a hacer ciencia, a formarse profesionalmente, a ser ciudadanos de bien y ponerse al servicio del país.
En la UMSS se observa la pelea de grupos, de roscas, los de la FUL tienen su grupo de que quieren entrar como docentes universitarios. Suspender clases en la educación fiscal es normal, porque el Estado es magnánimo, sabe perdonar, sabe disculpar, con esta huelga estamos yendo hacia atrás, los dirigentes belicosos de la FUL están llevando a la universidad por mal camino, por eso existe terror, no hay asambleas democráticas, para una discusión racional.
La sociedad organizada no dice nada frente esa situación, existe apatía ante los problemas universitarios de Cochabamba, es una necesidad que se manifiesten sobre la suspensión de clases, porque se están perjudicando los hijos de los trabajadores, y a gente que realmente quiere culminar sus estudios. De persistir el problema llevará a que los estudiantes sean profesionales mediocres y esto es lo que la sociedad no quiere. Los dirigentes a título de ser troskistas, que no son, están llevando a la universidad, a la destrucción, utilizando dinamitas, bombas caseras, palos, dañando la imagen que tenía la prestigiosa Universidad Mayor de San Simón.
En los docentes tradicionales se ha ido observando la dictadura de cátedra y los resultados, son la dictadura de la FUL y además con violencia, no existe seguridad en la universidad. Distintos grupos de docentes desocupados quieren a la universidad como botín de guerra, para satisfacer sus intereses, retirar a los actuales docentes, para incorporar otro grupo de desocupados. La terquedad de los docentes extraordinarios no está ayudando a buscar la calidad profesional para mejorar el nivel que quiere la población boliviana. Los docentes tienen que estar en permanente evaluación y actualización profesional, la universidad no sólo debe servir para satisfacer el pan del día, sino el aporte de nuevas investigaciones científicas que sirvan a la sociedad en general.
Los estudiantes han intervenido la oficina central violentamente, pensando que se puede solucionar por ese medio, rechazando el diálogo y desconociendo las normas internas de la autonomía universitaria. Lo racional es sentarse a dialogar y buscar soluciones a través de las normas internas de la universidad, el consejo universitario y los congresos, para llegar a eso son necesarios seminarios, conferencias, debates para elevar el nivel académico. La autonomía es la comunicación permanente con la población, la vida democrática interna, la libertad de pensamiento, desechando toda forma de sectarismo, violencia que va en contra de la autonomía universitaria.
En educación superior, se debe fomentar estudio, investigación, formación profesional comprometida con su pueblo.
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