Desde una semana atrás se desarrolla un intenso trabajo tras haber concluido la inscripción y registro de postulantes al Tribunal Supremo Electoral que al cierre de esa primera instancia anotó a 403 ciudadanos interesados en ubicarse en los cargos del organismo nacional electoral.
El primer resultado establece que hay 269 varones y 134 mujeres que presentaron sus documentos, entre esos ciudadanos tres se definen como indígenas, que resultan pocos en proporción frente al número de los otros candidatos y tomando en cuenta las reglas de juego que impone la selección final de dos representantes de ese sector en el esquema de dirección del TSE, además de un equilibrio de género en la estructura directriz.
Tras un trabajo preliminar las comisiones de la Asamblea Legislativa, tienen plazos muy concretos para continuar con el proceso, por ejemplo la publicación de la lista de todos los postulantes que cumplieron con los requisitos exigidos, aspecto señalado para el reciente fin de semana. Se abre luego un periodo de cuatro días que ya están corriendo para que sean expuestas las impugnaciones, a través de documentación que pueden presentar personas u organizaciones que tuvieran observaciones comprobables para el señalado fin. Las impugnaciones serán consideradas en un corto lapso de 48 horas, para definir recién la lista de los ciudadanos habilitados.
Prácticamente en la última semana del presente mes se trabajará en la selección de las y los mejores postulantes para llegar al Tribunal Supremo Electoral, una tarea que demandará mucho esfuerzo de los miembros de la Asamblea Legislativa que tendrán sobre sus hombros una pesada carga de responsabilidad, para elegir entre los habilitados a los mejores ciudadanos hombres y mujeres con posibilidad de conformar el más alto organismo nacional que convoca, ejecuta y controla los procesos electorales, al amparo de la vigencia plena de la democracia boliviana.
Hasta ahí parecería que todo puede marchar armoniosamente aunque sea bajo la presión del tiempo, sin embargo pasando por lo que se denominó como "filtros" obligados, el cumplimiento de requisitos formales, el de no tener impugnación alguna viene la etapa en que los comisionados deberán evaluar seriamente los valores meritocráticos de los candidatos, su idoneidad, experiencia, capacidad y su "neutralidad partidaria", para avanzar en otro paso hacia su elección como tribunos electorales.
El paso final es el que abre dudas entre algunos postulantes que expresaron sus puntos de vista, como también ciertos políticos y analistas, en torno a la tarea de los legisladores que constituyendo una mayoría parlamentaria, puede elegir a los vocales sumando los votos necesarios (control de los dos tercios), con lo que en la práctica se anularía todo el proceso que está en desarrollo.
La ciudadanía está expectante en el trabajo de selección y confía en que los responsables de tan delicada misión, piensen en que ahora no se puede cometer errores, pues la última experiencia dejó un saldo desagradable de incertidumbre traducido en la pérdida de confianza de la comunidad en el organismo electoral y sus vocales, pero también en quiénes y cómo los eligieron. El resultado fue un desastre.
Los bolivianos están esperanzados en que se enmienden los factores negativos, se anule la presión partidaria, se concentre la atención en los mejores candidatos, hombres y mujeres, para devolverle credibilidad e imagen de seriedad, idoneidad y respeto por las leyes a un TSE que es fundamental en la práctica democrática.
Fuente: LA PATRIA
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