No es nada nuevo saber que los vecinos tienen interés en la riqueza orureña, de ahí que se presentan conflictos de límites pero en realidad con un claro objetivo de expandir territorios hacia sectores de nuestro departamento que cuentan con importante riqueza natural.
Son frecuentes las incursiones que se producen en el extremo sur de Oruro colindante con el norte potosino. La posición de nuestros hermanos de esa zona era exigir al gobierno la instalación de una fábrica de cemento en su jurisdicción, aunque el yacimiento se encuentra mayormente en el territorio orureño.
Las presiones fueron y siguen siendo muy fuertes, pero en el nivel oficial se encontró la solución, ya que Oruro demandaba para sí el mismo proyecto que finalmente fue sustituido por otro también cementero en la localidad de Caracollo.
Pero no sólo esa riqueza es la codiciada en ese sector, la calidad de las tierras para la agricultura, los sembradíos de quinua, los terrenos avasallados y las cosechas que fueron despojadas y no devueltas a los productores orureños, es otra prueba de la existencia de interés en las productivas comarcas de nuestro departamento.
Sucede ahora que en el otro extremo, límites con La Paz, zona de Caracollo, otra región de importancia por la bondad de sus suelos, donde inclusive se proyectaría extender sembradíos de trigo ha despertado la codicia de pobladores paceños que también incursionaron en poblaciones locales despojando hasta de sus bienes a humildes y pacíficos agricultores orureños.
Una denuncia de la entidad cívica de Oruro, revela que también existe interés en riqueza minera existente en el sector de Pongo Queñuani del municipio de Caracollo donde existen algunas minas, abandonadas temporalmente, pero en las que habrían detectado los "invasores" posibilidades de lograr ganancias explotándolas, naturalmente ocupándolas arbitrariamente.
Algunos pobladores de la Provincia Inquisivi de La Paz, han realizado violentas incursiones en las poblaciones del municipio que depende de la ciudad intermedia ubicada a más de 30 kilómetros de nuestra ciudad y se indica que inicialmente los móviles hubiesen sido motivados por cuestiones limítrofes, situación que se descarta por informes de autoridades locales que aseguran estar gestionando soluciones a través del ministerio de área y con algunos adelantos positivos.
Sin embargo, la invasión de terrenos persiste y las últimas incursiones han mostrado los verdaderos intereses en la riqueza minera de la zona, aprovechando la situación de abandono de los yacimientos mineros, que deberían estar bajo un factor legal de reserva que demandan los pobladores orureños en su territorio.
Hay algunas gestiones que se cumplen actualmente para evitar enfrentamientos y buscar soluciones concretas al problema de límites que se suponía solucionado, incluso con un pacto de no agresión y respeto entre pobladores de comunidades en conflicto, lamentablemente las autoridades encargadas de manejar estos problemas, no han cumplido ciertos requisitos que exige el ministerio del ramo.
Algo que ha sido comprobado es el daño causado por avasalladores a la población de Pongo Queñuani, donde muchas familias han perdido sus viviendas, cosechas agrícolas y forraje para sus animales y enseres, encontrándose actualmente a la espera de que los daños sean reparados y se restablezca la paz en la zona, solucionando de una buena vez el tema de límites. Las autoridades locales deberían tomar a su cargo el control de los yacimientos mineros velando de ese modo por la integridad territorial interna y la pacífica convivencia entre vecinos.
Fuente: LA PATRIA
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