Hace mucho tiempo que se busca un sistema de orden vial que permita desconcentrar el centro de la ciudad y "desdoblar" la circulación especialmente de vehículos de servicio público hacia otras arterias, para facilitar el tránsito seguro y cómodo de peatones y de los motorizados.
En varias gestiones de los concejos municipales del Gobierno Municipal se han organizado comisiones para tratar este delicado problema. Han sido convocados representantes del transporte, autoridades de Tránsito, dirigentes vecinales y por supuesto los concejales, pese a los reiterados intentos no se ha logrado hasta el presente aprobar un plan de reordenamiento vehicular en la ciudad.
Hay un número desmedido de vehículos en circulación, buena parte corresponde al sector de transporte de pasajeros, que en realidad es el causante de terribles "trancaderas" que en ciertas horas se convierte en castigo y martirio para ciudadanos de a pie y para los pasajeros de las movilidades que caprichosamente circulan por algunas calles, por ejemplo la Adolfo Mier, la Plaza Principal y la Bolívar, ocasionando marcado retraso en la gente que debe movilizarse a prisa.
El problema tiene que ver con la falta de planificación técnica por parte de las autoridades del ramo, es decir para este caso, la Policía Operativa de Tránsito y las del Municipio encargadas del cuidado de las vías y espacios públicos que de manera conjunta deben estudiar soluciones técnicas que sean luego planteadas con las justificaciones necesarias a los transportistas del servicio público, de modo que como resultado de esa reorganización los beneficiados sean los ciudadanos de a pie y los vecinos en toda la ciudad.
Hay muchas quejas de juntas vecinales por la falta de un buen servicio de transporte, hay vecinos que se quejan porque tales servicios sólo se cumplen parcialmente y sólo hasta ciertas horas, quedando desamparados para llegar a sus domicilios especialmente después de las 18:00 horas.
Los transportistas han buscado las rutas troncales como sus favoritas para circular por el sector central, dejando de lado rutas alternas en las que muchas personas quisieran embarcarse hacia destinos en los barrios periféricos. No hay ninguna racionalidad en la distribución de rutas y el equilibrio en cantidad de movilidades, de ahí que en ciertas rutas que copan las mejores calles, está la mayor cantidad de movilidades, en tanto que las destinadas a barrios algo alejados, tienen muy pocas unidades para cubrir las necesidades de los pasajeros.
Hay una sobrecarga vehicular que debe ser racionalizada para que el servicio a la colectividad sea más amplio, cómodo, seguro y continuo, recorriendo calles expeditas, por las que generalmente transitan muy pocas unidades del servicio de pasajeros.
El centro urbano tiene que despejarse en base a un estudio que comprenda restricciones de circulación por algunas arterias y se habiliten otras para comodidad de pasajeros, haciendo más fluido el tránsito de personas y coches en el centro urbano.
Mejorar las condiciones de uso de los espacios públicos, especialmente calzadas y aceras, necesita medidas especiales que cumplan absolutamente todos los ciudadanos, los que conducen movilidades y los que transitan a pie, una manera de eliminar el caos reinante, devolviendo seguridad y comodidad a la vecindad. Es una tarea especial cuya iniciativa debería partir del Concejo Municipal en coordinación con la Policía de Tránsito.
Fuente: LA PATRIA
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