Juicio secreto y pena más leve de lo esperado contra el "gran tigre" chino
14 jun 2015
Fuente: Pekín, (EFE).-
Paloma Almoguera
La sentencia a cadena perpetua contra el ex ministro y otrora magnate petrolero Zhou Yongkang, anunciada tras un juicio a puerta cerrada, sorprendió no solo por su revelación inesperada sino por ser más atenuada de lo previsto por la gravedad de las acusaciones.
Las autoridades pusieron así fin a años de investigaciones contra Zhou, acusado de aceptar sobornos por valor de 21,3 millones de dólares, de abuso de poder y de revelar intencionadamente secretos de Estado, de forma que se convierte en el cargo de más alto nivel juzgado por la República Popular desde su fundación en 1949.
Aunque fuentes del Tribunal Supremo habían afirmado que el juicio sería "público", éste se celebró entre un absoluto secretismo el 22 de mayo, sin que haya más información sobre el mismo que la revelada ahora por medios oficiales, entre ellos la cadena de televisión CCTV, que mostró una imagen de Zhou, de 72 años, avejentado y canoso en la vista.
La agencia oficial Xinhua aseguró que la decisión de apartar a los medios del juicio fue para evitar la divulgación de los secretos de Estado revelados por Zhou, que en su día controló aparatos tan dispares pero tan importantes como el de la seguridad o el del petróleo.
Ministro de Seguridad Pública entre 2002 y 2007 y miembro, entre 2007 y 2012, del todopoderoso Comité Permanente del PCCh, Zhou, que comenzó su carrera al mando de la China National Petroleum Corporation (CNPC), es poseedor de uno de los currículos más extensos de la actual jerarquía comunista.
"Como líder de tanto poder, dominaba muchos secretos del Partido y del Estado", dice a Efe Ren Jianming, uno de los mayores expertos en corrupción en China y profesor de la Universidad de Beihang.
Si bien no cree que rumores como que Zhou espió al actual presidente, Xi Jinping, "sean posibles", sí da crédito a que participara en ciertas tramas junto al exlíder provincial Bo Xilai, a quien se dice que el ex ministro previno de su detención en 2013, cuando se destapó el escándalo que finalmente lo llevó a prisión.
Además, Ren arguye que, de haber expuesto el juicio a los medios, "la excesiva atención de éstos y de la población habrían afectado al resultado".
Y de paso "se han evitado un bochorno similar a lo ocurrido cuando se juzgó a Bo Xilai", apunta a Efe Willy Lam, profesor de la Universidad de Hong Kong, en referencia a la actitud combativa que adoptó el que fuera protegido de Zhou durante su juicio por corrupción hace dos años.
Muy al contrario, Zhou, que según la revista económica china Caijing estableció una red de intereses políticos y económicos con otros funcionarios corruptos, pidió perdón y admitió haber violado las leyes, por lo que decidió no apelar la sentencia, la misma que recibió Bo por delitos de menor peso.
La magnitud de los crímenes de los que se acusaba a Zhou había llevado a expertos como He Jia Hong, profesor de Derecho de la Universidad Renmin, a pronosticar que la sentencia "podría llegar a la pena de muerte, probablemente la suspendida (perpetua en la práctica)", según dijo a Efe.
Pero el acta judicial subraya que, si bien Zhou abusó de su poder y desveló deliberadamente secretos de Estado "en circunstancias graves", sus acciones "no tuvieron consecuencias serias", según publica Xinhua.
Un tono mucho más moderado que el que las autoridades habían utilizado antes al referirse al ex "zar" de Seguridad, a quien habían tachado también de adúltero y que formaba parte del grupo de políticos menos afines de Xi, motivo que se cree que lo puso en su punto de mira desde que este último llegó a la Presidencia china en 2013.
Entre las muchas hipótesis sobre qué puede haber motivado "ese trato más compasivo", como lo define Lam, este académico dice a Efe que cree que la cúpula comunista manda así un mensaje a "sus posibles enemigos sobre lo importante que es colaborar" con el gobierno, mientras deja claro que "nadie está a salvo".
Como fuere, el "gran tigre", eufemismo con el que la propaganda oficial se refiere a él, ha quedado completamente apartado de la vida política y ahora cabe preguntarse si su sentencia será la última contra un líder de su talla o si abre las puertas a futuras investigaciones de cargos de altísimo nivel.
Mientras Lam opina que el gobierno chino "se tomará ahora un descanso", otros expertos consideran que la campaña anticorrupción no tiene visos de acabarse pronto y que podrá haber más sorpresas.
"Depende de la voluntad de Xi, pero puede dirigirse después hacia algún hijo de líderes o exlíderes", comenta a Efe Ren. Y He añade: "Todo es posible".
Fuente: Pekín, (EFE).-
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