Hace un mes se realizó un seminario para socializar el anteproyecto de la "Ley de la Calzada", elaborado por un diputado oficialista que además es representante del sector de los transportistas. El interesante documento plantea el correcto uso de las calles, en este caso las calzadas y las aceras, tanto por parte de los transportistas cuanto por los peatones.
Si bien el anteproyecto fue cuestionado en algunos aspectos de fondo y forma, de manera general los participantes del seminario, pertenecientes a varias organizaciones locales, algunas sindicales y además representantes de la Policía Operativa de Tránsito, ponderaron la iniciativa parlamentaria, considerando que "ya es tiempo de ordenar el tráfico vehicular y eliminar el caos existente" producto del mal uso que se da a los espacios públicos que definidamente corresponden "por separado" a la ciudadanía de a pie en las aceras y al transporte en la calzada
En cierto modo, el parlamentario chofer, busca con su proyecto "salvar ciertas responsabilidades" en el caso de accidentes, atribuyendo a los peatones factores de imprudencia u otras características, sin tomar en cuenta que los chóferes en su generalidad, pero mayormente del servicio público, son causantes de accidentes y de molestias permanentes a los peatones, por transgresiones al reglamento de Tránsito.
Sin embargo, la idea global se presenta interesante y con un intercambio de ideas, asistencia técnica y policial, puede ser una norma que regule el buen uso de las vías públicas, principalmente respetando el derecho ciudadano a transitar con seguridad y comodidad por las aceras y no como sucede actualmente en franca competencia con los vehículos en las calzadas porque muchísimas aceras están ocupadas por un comercio atrabiliario e informal, pero avalado por organizaciones gremiales e incluso por alguna dependencia municipal.
Sucede que otro parlamentario también oficialista pero representante de los gremiales cuestiona a su colega diputado y transportista, señalando que una ley de calzada afectaría "seriamente" a los comerciantes gremiales, por supuesto a los que ocupan calzadas y aceras, por lo mismo que sin la aprobación de ese sector no marchará la aprobación de la Ley de la Calzada.
Los gremiales para justificar su rechazo argumentan que no pueden ser desalojados de las calles, mientras no existan suficientes mercados para albergarlos, aunque lo cierto es que mercados hay varios y con muchos puestos desocupados, caso del Mercado Bolívar y otros que sin estar en la zona central tienen comodidades para recibir a muchos comerciantes. El caso de la ex aduana donde un enorme espacio está ocupado por casetas convertidas en depósitos de mercadería de comerciantes que están ubicados en calzadas y aceras del sector.
Aquí hay un claro conflicto de intereses, los chóferes que buscan más espacio para transitar cómodamente y los gremiales que se resisten a perder sus puestos en aceras y calzadas. En ningún caso se toma en cuenta al ciudadano, al peatón que debe lidiar en las calles con movilidades y esquivando puestos de ventas que le restan el espacio que por ley le corresponde para su seguridad y comodidad.
Frente a este hecho es urgente que las autoridades por su parte tomen la iniciativa de disponer una ley que reordene la ciudad y que respetando el derecho ciudadano se liberen aceras y que las calzadas sean solo para vehículos. En el caso de centros de abasto, hay que impulsar el Mercado Central y los gremiales deben contribuir a que ese proyecto se haga realidad.
Fuente: LA PATRIA
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