Una serie de hechos, unos más graves o vergonzosos que otros sumados en cuestión de días, puso a la Policía Boliviana en una incómoda situación debido a la comprobación de infracciones que muestran el grado de irresponsabilidad de algunos miembros de la entidad verde olivo.
El caso de la fuga del empresario peruano Martín Belaúnde dejó mal parada a la institución del orden, cayeron el ministro de gobierno y el comandante policial pero días después en un hecho policiaco, muy parecido a películas de esa onda, una persecución con disparos y todo, que desafortunadamente implicó a policías que confundieron movilidades y pusieron en riesgo la vida de otros funcionarios que cumplían labor especial de recoger al piloto oficial del avión presidencial.
Esos casos parece que llegaron al tope de la paciencia de autoridades superiores las que anunciaron una reforma urgente en el organismo, calificado como policiaco por la manera de actuar de sus funcionarios, comprometidos además en otros casos menudos, pero igualmente en los que se observó más prepotencia y violencia que profesionalismo para combatir variados delitos.
Lo importante es recordar a los personeros de la Policía, desde los grados superiores y hasta los de menor calificación, que todos en conjunto reciben una formación especial para cumplir sus funciones, unos profesionalmente y que resultan más complicados que los "asimilados" y capacitados por necesidad de tener efectivos de rondas o vigilancia elemental, todos tienen un salario que dispone el Estado en su presupuesto nacional para sostener una entidad cuya misión especial es defender al ciudadano e imponer el orden cotidiano para garantizar el bienestar colectivo.
La Policía o en este caso sus miembros no deberían inmiscuirse en aspectos de orden político al servicio del Gobierno, sino más bien trabajar de manera profesional cumpliendo roles específicos que tienen que ver con la seguridad ciudadana, en ámbitos muy claros como combatir la delincuencia, garantizar el ordenamiento público, como el caso vehicular y la disciplina ciudadana, ser guardianes del bien público y no agresores de la colectividad.
Decíamos que ese personal gana salarios en diferentes escalas y naturalmente, éste deberá ser uno de los temas de análisis abierto y claro para mejorar la escala de remuneración a los policías, de manera que con sueldos dignos no sean sujetos de tentación corruptible al recibir las "coimas" grandes o menudas que afectan la honorabilidad de los policías y el prestigio de su institución.
Muchas cabezas "rodaron" en la institución del orden, debido al desorden que allí se permite, situación que deberá cambiarse con una reforma que según el Ministro de Gobierno se aplicará con cuatro pilares que comprenden la especialización de los policías, la desconcentración territorial, construcción de escuelas básicas en ciudades capitales y una implementación de alta tecnología.
La reforma tenía que llegar, es algo que se reclamó a los niveles superiores, es un proceso que no debe alarmar a los policías y más bien debe ser todo un proceso de adecuación a nuevas formas de trabajo que rescatarán la formación profesional incentivando la especialización en aquellas ramas de diaria utilidad como la lucha contra la delincuencia, investigaciones, seguridad ciudadana, bomberos y control vial en ciudades y carreteras por lo menos, las tareas más urgentes y de mayor participación de los guardianes del orden.
El cambio policial cualitativo es una necesidad imperiosa que permitirá paulatinamente mostrar una institución renovada, profesionalmente actualizada y tecnológicamente equipada, es lo mínimo que se espera de ésta reestructuración institucional.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.