Con profundo respeto en el día del educador

Este 6 de junio, los trabajadores de la educación boliviana, recordamos un aniversario más; el cual es conocido por propios y extraños con el denominativo de "Día del Maestro", en homenaje a la creación de la primera Normal de Maestros en la ciudad de Sucre, durante la presidencia del Dr. Ismael Montes allí por el año de 1906.

Tal es que, de aquella Institución Educativa Superior, egresaron las y los primeros educadores de la niñez, la adolescencia y la juventud; debidamente formados y científicamente preparados.

Desde entonces hasta nuestros días, centenares de profesores egresaron para impartir enseñanza a los estudiantes de ambos sexos, para que estos a su vez se conviertan en grandes mujeres y hombres del mañana, y como que así ha venido sucediendo.

Ahora bien y para que las nuevas generaciones de educadores tomen conciencia, es establecer cuál el significado real de la palabra maestro.

Por tanto, no es apropiada la expresión de maestro para este ser que científicamente se prepara en una institución superior, llamada normal y en este entendido debe denominarse y con toda razón "Día del Educador Boliviano", por no decir profesor. Este sí es el término exacto por lo mismo es buena hora que tomemos conciencia de este hecho y no manejar indistintamente palabras que aparentemente parecen ser sinónimos, pero que en el fondo son distintos.

Por lo manifestado, educador o profesor es la manifestación correcta que corresponde a este profesional que enseña, orienta, conduce, corrige, aconseja y lo que es más, descubre aptitudes y cualidades. Algo más, se constituye en padre, en primer padre diríamos, porque es quién dice las verdades, sin prejuicios del hogar, ni complejos de ninguna clase.

Es a este ser profesional, distinto de aquel maestro que aprende sin esfuerzo mental, queremos decirle en este día tan especial, muchas felicidades y un sin fin de parabienes; pidiendo a la humanidad, no compasión ni lástima, sino comprensión y reconocimiento porque convencidos estamos que el educador es un profesional de vocación por eso la sociedad entrega a su responsabilidad a los niños, adolescentes y jóvenes, para que se conviertan en grandes profesionales del mañana.

Entonces cómo no confesar y ser sinceros con nosotros mismos, que el educador es el incansable constructor de generaciones de niñas y niños, de adolescentes y jóvenes, en fin, es aquel que despierta capacidades con el ejemplo, enseña a hacer, haciendo; a pensar, pensando; a discurrir, discurriendo; a amar, amando. Por consiguiente, el educador es quien convierte en arte agradable lo que sabe y lo que ha aprendido. En una palabra, forma personas y personalidades como el escultor plasma estatuas.

Es eso y no seríamos sinceros sino decimos: "La dignidad del educador se elevará cuando el gobierno central y la conciencia social justiprecien el verdadero significado de la labor que cumple".

Seguramente, el porvenir dignificará más la situación del educador y hacemos votos que así sea. Algo más, que su rango de vida civil sea elevado a la altura de sus funciones, dándole la autoridad moral que haga más eficaz su esfuerzo.

Educadores o profesores de Oruro y de toda Bolivia: No desmayemos jamás en la vocación de ser grandes educadores y nunca envejezcamos mentalmente. El deber vuestro es enseñar a pensar más bien que a repetir; a crear más bien que a copiar, bajo el siguiente aforismo: "No hay peor educador que el animado por simples fines de lucro ni peor pedagogía que la practicada sin amor".

Educadores de ayer y de hoy decirles que seamos grandes profesionales de vocación para la tierra que nos vio nacer, gracias al conocimiento que hemos adquirido con sacrificio, dedicación y constancia para el bien de las futuras generaciones, que sin duda tienen que ser mejores que nosotros.

En este día y que el todopoderoso hoz ilumine cada momento de vuestra existencia y sapiencia, el de ser grandes profesionales, bajo el aforismo de Sócrates que dice: "Conócete a ti mismo" ó "Sólo se que nada sé".

(*) Profesor de Ciencias Naturales