Viernes 05 de junio de 2015
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A través de los profeta Óseas e Isaías, Dios anunció una alianza con los animales del bosque, de los campos, es más, de toda la Tierra. Pero las instituciones clericales niegan que los animales tengan alma, considerándolos como seres sin alma, manejados sólo por el instinto. Pero de ser esto así ¿con quién iba Dios, el Creador, a hacer una alianza? ¿con cadáveres sin alma? Aquel que ha convertido su propio cuerpo en un altar de sacrificio de animales, lo ha desfigurado, y es incapaz de captar la vida animada de los animales con sus finos sentidos, con sus rasgos especiales llenos de carácter y de vida. Sus sentimientos para con la Creación están embrutecidos.
Las instituciones de las llamadas Iglesias cristianas contradicen desde hace siglos la Palabra de Dios dada a través de los profetas. Ellas mismas se han puesto una corona para mostrarse ante otros como la cúspide de la Creación, cuya victima sobre los altares fabricados por ellas mismas, es la Creación. El estado actual de la Tierra muestra sin embargo claramente a qué ha conducido todo esto.