Abusar de la paciencia de los pueblos, siempre tuvo consecuencias en la historia de la Humanidad porque esos pueblos se alimentan de sus propios valores y de una dosis de esperanza muy grande; paciencia y esperanza se han amalgamado siempre en la certeza de que quienes conducen los destinos de una nación tomarán conciencia de sus deberes y responsabilidades y adoptarán las medidas que requieran las crisis que se presenten.
Hoy, vivimos la crisis de bajos precios por nuestras exportaciones de gas, minerales y otras materias primas; hemos vivido tiempos de auge debido a precios altos del petróleo y gas que se han pagado en el mercado internacional dando lugar a que contemos con fuerte inyección financiera que inclusive dio para acumular reservas como jamás se había logrado en el pasado; pero, nos hemos atenido a que "siempre tendremos precios altos del gas y minerales" y la realidad se encargó de mostrarnos que en economía no hay juegos ni cálculos al azar ni menos actos de prestidigitación que pretenden hacer ver y oír lo que no existe.
Las autoridades, con la seguridad del que tiene poder político y financiero, han sostenido teorías sobre la existencia de "blindajes económicos" que no existen y que son pura fantasía y recursos demagógicos; se afirmó mucho pensando siempre en que el pueblo es ingenuo y lo cree todo para, al final, ante los resultados, recibir y soportar, con resignación y constancia, las consecuencias que siempre son desastrosas.
El auge económico-financiero ha permitido que algunas capas sociales adquieran poder de "don dinero" debido a la economía informal que ha nutrido muchos patrimonios; en casos, se abusó de la buena fe y hasta ingenuidad de las autoridades y se abusó del dinero entregado para la realización de obras y se dispuso a manos llenas de muchos millones de dólares. Por su lado, el narcotráfico hizo de las suyas porque supo aprovechar para producir más, comercializar más y hacer que se consuma más droga en el mundo y todo debido a la pobreza existente en los países productores cuya población, así sea en mínima cantidad, se prestó a labores de cultivo de coca, industrialización de la misma y su comercialización. Por supuesto, ante la avalancha del narcotráfico que tiene poder absoluto porque cuenta con mucho dinero y organizaciones muy poderosas en todo el mundo, amplió sus actividades.
El contrabando o economía informal, hizo su parte y enriqueció a mucha gente. La población, resignada e ingenua, vio pasar los hechos y solo se aferró a sus dosis de paciencia manteniendo la esperanza de que todo lo malo sufrido por el pueblo pase, termine o, por lo menos, cambien en aras de mejores días que el gobierno tendría que incentivar adoptando las medidas más enérgicas para contrarrestar la acción de quienes han desbaratado todos los valores y han debilitado hasta las fuerzas represivas. Hay mucho por hacer para restituir todo lo que por el abuso se ha perdido.
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