Viernes 29 de mayo de 2015
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La capa de ozono que es la capa protectora de la Tierra contra la intensa radiación solar y contra los rayos ultravioleta, va reduciéndose, por lo que la piel no sólo sufre una quemadura de forma aislada, sino que graba en sí las informaciones de todo lo que recae sobre ella. Las consecuencias de tomar el sol irresponsablemente han sido advertidas desde hace años por los dermatólogos.
Pero también nos llegan informaciones y advertencias de otras fuentes. A través de la profecía para el tiempo actual sabemos que "durante el mediodía las corrientes magnéticas conducen más partículas solares a la Tierra. Estas no sólo traspasan al planeta, sino también a los seres humanos. La absorción de este portador de energía no es bueno para los nervios, pues el exceso de partículas solares puede producir inquietud y la crispación del sistema nervioso provocando un efecto de lastre que carga a la glándula tiroides en el cuerpo del hombre, lo que por su parte produce diferentes alteraciones en el organismo humano».