Alguien dijo que los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) caían como fichas de dominó, el efecto de esa instancia que las empuja de una a una a todas y resultan fuera de juego.
Comenzó un vocal cuestionado por haber participado en una fiesta con partidarios del partido gobernante y luego se esperaba otras renuncias las que se sucedieron con la que presentó la presidenta del TSE, denunciando "violencia y acoso político" por parte del resto de vocales, los cuales también optaron por el mismo camino del retiro voluntario, menos uno a quien otras autoridades del gobierno exhortaron a su retiro para dejar expedito el camino de la recomposición del importante órgano electoral nacional.
Una serie de actitudes al interior del TSE se denunciaron y son el resultado de varias desinteligencias entre vocales lo que perjudicaba la buena marcha de ese organismo rector de todos los procesos electorales en el país.
Los políticos denunciaron en repetidas oportunidades "abierta parcialización" de algunos vocales y el asunto subió de tono y se agravó cuando los reclamos señalaban que todo el TSE tenía una posición transgresora a los atributos de mantener y sostener independencia y apego a las leyes en defensa de la democracia y los derechos ciudadanos.
El problema habría comenzado hace un año cuando se aprobó el nuevo mapa de circunscripciones electorales, hecho que causó descontento en muchas regiones del país que rechazaron ese proceso que limitaba y eliminaba algunos asientos electorales e incrementaba otros, sin plena justificación numérica de habitantes o extensión territorial.
El TSE aparece descabezado, empero en ausencia de la presidencia podía ejercer el manejo del organismo su vicepresidente, que también renunció y el efecto dominó marcó la renuncia de todos los vocales, excepto uno que en realidad no tendría ningún respaldo "técnico - jurídico", según opinan los entendidos para manejar el órgano electoral.
Lo que se vislumbra es que allanado el problema del retiro de los vocales, corresponderá a las instituciones ejecutivas solucionar el problema de la ausencia colectiva de vocales del TSE y abrir un proceso de reestructuración que se adecúe a las normas vigentes, en concordancia con la Constitución Política del Estado y se reestructure la entidad normativa electoral del país.
La modalidad inmediata para ese fin, tiene que ver con un proceso absolutamente serio, responsable, sin injerencias políticas de ninguna especie, sin presiones de ninguna instancia y en busca de los mejores ciudadanos que puedan acceder a esos importantes cargos de un remozado Tribunal Supremo Electoral.
La Asamblea Legislativa tiene la misión de recomponer el TSE, pero deberá hacerlo tomando en cuenta la necesidad imperiosa de devolver a ese organismo su prestigio, imparcialidad y seriedad que permita con nuevos personajes recuperar la credibilidad ante la opinión pública.
Ahora bien, el trabajo de los legisladores debe dirigirse a repensar ciertas disposiciones y aprobar las que correspondan por ejemplo a imponer un estudio exhaustivo de la meritocracia que rodea a eminentes ciudadanos que como sucedió en pasadas gestiones, mostraba por entonces una Corte Electoral de alto prestigio, manejada con idoneidad y total independencia.
Ciudadanos notables y no políticos deben manejar el principal organismo encargado de garantizar la voluntad popular en todos los procesos electorales, es la oportunidad para recuperar prestigio y garantía en el desenvolvimiento de uno de los pilares institucionales de la vigencia democrática nacional, el TSE.
Fuente: LA PATRIA
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