Miercoles 27 de mayo de 2015

ver hoy


















































Aparte de algunos detalles, el hecho de que el territorio boliviano haya sido excluido, a propósito, sin ningún disimulo, del proyecto del ferrocarril entre el Pacífico y el Atlántico, muestra que el país tiene una muy mala reputación.
China, la segunda o quizá primera potencia económica del mundo, aprobó el trazado que ha sido hecho para evitar cualquier contacto con Bolivia, dando una amplia curva por el Norte, bordeando los límites de Pando.
Brasil, el país más grande de América Latina, el que comparte con Bolivia la más extensa frontera común en Sudamérica, aprobó el trayecto que da aquel giro tan visiblemente forzado para evitar nuestra geografía.
Y Perú, el país que tiene tantas afinidades y un pasado común con Bolivia, también dio el visto bueno al ferrocarril que será un arco esforzado alrededor del extremo norte de Bolivia.
Hay más de dos mapas de la región que se han difundido en medios internacionales, con algunas variantes sobre los puntos de llegada del trayecto en ambos océanos, pero todos ellos mostrando que el propósito de los tres países es evitar, por todos los medios, cualquier posibilidad de pasar por territorio boliviano.