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Domingo 17 de mayo de 2015

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Revista Dominical

La señal del decapitado

17 may 2015

MSc. Ing. José Bernardo Puña Velasco, Profesor Emérito de Física de la Universidad Técnica de Oruro

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La famosa “Puerta del Sol” de Tiahuanaco contiene una importante cantidad de misterios, la mayoría relacionados con las figuras de su friso. En esta ocasión nos referimos al ícono denominado “el trompetero”, ubicado en la faja inferior o “franja calendárica”.

A ambos lados de la línea central, distanciados tres recuadros desde los bordes, donde se hallan los llamados “chasquis”, se encuentran dos figuras idénticas que tienen una compleja composición. Destaca un hombrecillo ataviado de extraña forma: sostiene en una mano un hacha y en la otra una cabeza humana cortada.

Existen varias interpretaciones acerca de su significado, todas ellas basadas en la forma del ícono [1] y [2], pero hasta ahora ninguna relacionada con un calendario, como habremos de mostrar.

El calendario tiahuanacota ha sido encontrado en 2011 [4], a través del descubrimiento de un ingenioso y antiguo reloj solar (*), que nos marca, entre otras, la llegada de algunas fechas muy curiosas: 3 semanas antes y 3 semanas después de cada solsticio, vale decir en las fechas 30 de mayo, 12 de julio, 29 de noviembre y 10 de enero del siguiente año, dentro del calendario actual.

En efecto, aquellas fechas corresponden a hitos cronológicos que se registran por medio de la observación directa del Sol, cuando éste hade aparece en el amanecer o desaparece en el anochecer, en relación de la línea del horizonte, mediante las alineaciones que se producen entre un punto de mira y las coronaciones de los bloques megalíticos de la denominada “pared balconera”: un muro formado por 11 gigantescas piedras, alineadas y separadas convenientemente para registrar el calendario completo.

En Tiahuanaco, debido a los accidentes topográficos existentes en el área, el disco solar no puede ser observado de manera directa durante las fechas comprendidas entre los hitos: desde el 30 de mayo hasta el 12 de julio, para el invierno y desde el 29 de noviembre hasta el 10 de enero, para el verano, por ésta razón creemos que la sociedad ancestral tiahuanacota vivía con mucha angustia y temor al pensar que el Sol no iba a retornar (similar a la figura sacra ceremonial perteneciente a la cultura Inca, hoy conocida como Intiwatana); sin embargo, cuando lo hacía habría motivo de gran felicidad y algarabía.

Estos instantes eran registrados con exactitud y provocaban una gran conmoción dentro de las actividades sociales de la gran urbe, lo cual merecía una representación simbólica apropiada.

El calendario tiahuanacota descubierto y su representación dentro de la “franja calendárica” del friso de la Puerta del Sol [5].

El sistema de señales se encuentra simbolizado a continuación [6], mediante una figura compuesta por otras que iremos descomponiendo mientras describimos sus elementos gráficos y su significado.

La señal completa, anticipa una compleja asociación de figuras, cuyo significado se traducirá en un mensaje, el cual advierte la proximidad de un conjunto de sucesos, junto con el aparente procedimiento para su detección temprana, sucesos de gran trascendencia para la cultura tiahuanacota.

Esta señal ha sido bautizada con el nombre de la “Señal de San Bernardo” y podrá ser observada en el Portal de ingreso al templo de Kalasasaya, si se hicieran las correcciones a los errores que se cometieron durante su reconstrucción en la década de 1960.

La cabeza del cóndor coronado: La cabeza antropomorfa que mira hacia arriba (una cabeza de cóndor con un tocado o corona), en realidad son dos que se hallan dispuestas de manera especular (simétricas), divididas por una línea que cruza todo el friso de arriba hacia abajo (nótese que son dos las únicas que lo hacen desde un extremo al otro). Estas líneas divisorias separan la tercera hilera vertical de “chasquis” a partir de los bordes laterales. Su significado se asocia con la observación de una alineación vertical y otra horizontal simultáneas (dos objetos han de coincidir con el disco solar sobre la misma línea vertical u horizontal).

La alineación vertical se produce entre los componentes del observatorio solar asociado a la “pared balconera”, vale decir en otro edificio. Así mismo se producirá una alineación horizontal, que surge de las sombras de los dinteles interiores del portal del Kalasasaya, mediante el cual se observará la señal solar directa durante la “tercera hora tiahuanacota” antes del anochecer y después del amanecer, y en los días que se marcan mediante otra de las figuras del conjunto, como lo veremos a continuación.

La cinta del avance temporal: La cinta continua que transporta cabezas de cóndor es un contador de semanas, una semana por cada cabeza. La señal del cóndor coronado se halla en una posición tal que dista 10 semanas (5 pares de cabezas de cóndor) desde la señal de los equinoccios (ícono que se halla al centro de la franja calendárica). Esta señal se presenta a cada lado, luego de cumplirse 70 días antes y después de cada equinoccio (21 de septiembre o 21 de marzo), lo cual deja tres semanas antes y tres semanas después para la llegada de cada solsticio (figuras de los extremos).

El rostro del Sol: al igual que los símbolos que hallamos a lo largo de la franja calendárica, son representaciones del Sol con fisonomía humana, vale decir con ojos, nariz y boca inscritos dentro de un contorno o cara, de la cual emergen apéndices cuyos extremos poseen alegorías con círculos concéntricos o cabezas de puma (se ha encontrado que representan al calendario descubierto).

A diferencia de los demás, en nuestro caso son rostros que se hallan al pie de una escalinata de 3 peldaños, lo cual confirmaría el número de semanas que distan de cada solsticio (puede verse una alegoría similar en las cabezas de puma que escoltan a una pirámide escalonada que sirve de base al “Inti”, ésta tiene cuatro peldaños, por lo que representa a cuatro semanas).

El rostro de Sol se halla en todos los símbolos que aluden a una observación solar directa, mediante una alineación vertical, entre el disco solar y algún pedestal o pilar, tal como los pilares de la “pared balconera”, en este caso se estaría representando al primer pilar interno de la “pared balconera” (son dos pilares en realidad), contado desde afuera. También representan a los muros internos del portal del templo de Kalasasaya.

El “trompetero”: la figura esculpida en la piedra de la Puerta del Sol, se halla muy deteriorada y parece tener la forma de un hombre que toca una trompeta, de ahí el nombre de “el trompetero” que le fue asignado hace mucho tiempo.

Sin embargo, la verdadera imagen emerge de las figuras similares halladas en otras piezas líticas relacionadas con la Puerta del Sol, pero sobre todo, de una vasija de cerámica encontrada en 1932 por Wendell Bennett [3], en donde se confirma su verdadera forma y significado: un guerrero con un hacha en una mano y una cabeza humana en la otra, en inconfundible actitud de ostentación de poder.

Concluimos diciendo que, nos acercamos a una fecha muy importante dentro del calendario tiahuanacota: el día 30 de mayo, fecha en la que, por medio de una señal solar a observar a través de una alineación vertical y otra horizontal, que se produce en la pared balconera por una parte, y los muros interiores y los dinteles del portal del templo de Kalasasaya por otra, se dará inicio a un periodo de espera para la reaparición del disco solar en el horizonte, que durará 6 semanas, 3 antes y 3 después del solsticio de invierno.

También el acontecimiento solar podrá observarse durante el anochecer, a través de la alineación solar que une el punto de mira (hoy perdido, pero que se hallaría a 42,47 metros siguiendo el eje de simetría Este – Oeste de la pared balconera) con el primer pilar interior, a partir del extremo.

Al llegar el solsticio vernal (21 de junio) se realizará un ritual sagrado, mediante el cual se hade decapitar a un hombre, tal vez un guerrero antagónico, ofreciendo su cabeza al Dios Sol, para que se digne a regresar.

Este acto será repetido el 21 de diciembre, día del solsticio de verano, acontecimiento que será anunciado con 3 semanas de antelación (29 de noviembre) y 3 semanas después (10 de enero) cuando el Sol vuelva a aparecer.

(*) Todo lo anotado anteriormente se confirma mediante el funcionamiento de un reloj solar muy especial, avanzado para su tiempo, denominado el reloj solar tiahuanacota, que se muestra en la imagen, donde se destaca la primera franja sobre la cual se ubica la “franja calendárica” del friso.

Los indicios de la existencia de este artefacto milenario fueron encontrados en noviembre de 2011 [4], por el Ing. José Bernardo Puña Velasco, profesor emérito de Física de la Universidad Técnica de Oruro.

Bibliografía

[1] Posnansky, Arthur. “Tiahuanaco, cuna del hombre americano”. Tomos 1 y 2. Editorial J. J. Augustin Publisher, New York, 1945.

[2] Posnansky, Arthur. “Tiahuanaco, cuna del hombre americano”. Tomos 3 y 4. Editorial J. J. Augustin Publisher, New York, 1945

[3] Bennett, Wendell C. “Excavations at Tiahuanaco - Anthropological Papers of American Museum of Natural History”. Volumen XXXIV, Parte III. 1934.

[4] Puña Velasco, José Bernardo. “La teoría del cilindro tiahuanacota”. Editorial “Latinas Editores”. Oruro. 2011.

[5] Puña Velasco, José Bernardo. “El reloj y calendario tiahuanacota”. Editorial Universitaria de la Universidad Técnica de Oruro. 2012.

[6] Puña Velasco, José Bernardo. “La iconografía de la Puerta del Sol de Tiahuanaco”. Editorial “Latinas Editores”. Oruro. 2013.

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