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Domingo 17 de mayo de 2015

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Revista Dominical

Nita Martins su dimensión onírica y simbólica

17 may 2015

Márcia Batista Ramos - Escritora

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La artista plástica brasileña, Nita Martins trabaja en acrílico sobre lienzo hace más de treinta años, cuando hizo su afortunada incursión en la pintura, mostrándose como una requintada colorista al manejar de forma espléndida la luz, con una paleta radiante y alegre; que logró conquistar las tierras frías de Suecia con el lanzamiento de la marca: “Faces of Brazil by Nita” en aquellos meridianos.

“Faces of Brazil by Nita”, es la marca registrada con la cual Nita Martins, desde la ciudad donde vive actualmente, Florianópolis, vende ropa y accesorios con estampas de sus obras, en Suecia; abriendo así, un campo de trabajo e intercambio riquísimo.

Nita logra, con su marca (“Faces of Brazil by Nita), poner en relevancia su arte, al abrir nuevos espacios revitalizando la existencia, en una sociedad que tiende a la uniformidad, llamando la atención sobre los aspectos no instrumentales de la vida. De tal suerte que, su arte contribuye con las posibilidades de mayor comprensión de la sociedad y cultura brasileña desde una mirada agradable.

Elenita Saideles Martins es su nombre de pila, nació en 1964, en el corazón del “Estado do Rio Grande do Sul”, la ciudad de “Santa María”.

Estudiamos en la facultad de filosofía, en la “Universidade Federal de Santa María” (UFSM). En una ocasión, viajamos juntas del sur hasta el centro Oeste de Brasil, sus raras cualidades humanas hacían de ella la cómplice ideal. Después, pasamos todo lo que siguió en la vida, sin vernos…Tan rápidamente se diluye la vida y apenas quedan recuerdos coloridos fragmentados en la memoria, como testigos de que pasamos por el tiempo.

Cuando se observa atentamente la carrera de Nita, desde sus tiempos idos de “Santa María,” hasta los días actuales, se encuentra la artista que perseveró, maduró dentro de su arte, perfeccionó su técnica y cultivó su talento; tomando en cuenta que la plástica es un arte especialmente difícil de dominar en razón de la multiplicidad de dones que existen.

Recuerdo que Nita Martins ya era artista plástica antes que nos encontremos en la universidad, en la década del 80. Como también recuerdo, que ella tenía un espíritu profundamente Dionisiaco y era una persona extremamente libre, que alimentaba constantemente su propia libertad de expresión y creatividad... Era anecdótica y divertida, pero, profundamente autocrítica en cuanto a su carrera, sus búsquedas, sus dudas, sus esperanzas y sus esfuerzos. La franqueza y honestidad son rasgos caracterológicos de nuestra cultura gaucha, pero no está demás recalcar que siempre hicieron parte del carácter de Nita.

Ella también estudió filosofía, pero, siempre fue apasionada por las artes plásticas. Aunque de forma paralela hizo teatro por muchos años, pues, su alma inquieta y rebelde tenía mucha necesidad de expresión; y en aquellos años las artes, a la par de ser una pasión, servían como gritos silenciosos, ya que nacimos y crecimos en los años oscuros, sordos y mudos de la dictadura militar en Brasil; son esas circunstancias históricas que marcan profundamente y para siempre; son esas cosas de la vida que otorgaron mayor fuerza expresiva a sus creaciones.

En fin, es sabido que el mundo simbólico del arte siempre se queda expuesto en su quehacer comunicador, a partir de imágenes, que surgen de manera única e irrepetible de acuerdo a planteamientos filosóficos y psicológicos más complejos de la existencia, sencillamente de acuerdo a cada experiencia de vida.

En cualquiera de sus facetas, Nita, siempre tuvo una calidad incontestable, por eso, hoy no hablaré de la maestra, de la actriz, de la madre o de la deportista; hablaré de Nita la artista plástica: la mujer constante, luchadora, alegre y optimista; en suma: un gran ser humano.

Persona sensible que buscó en el planteamiento estético, la forma de gritar y decir no, tal vez, de buscar un cambio, al expresar con colores vibrantes su intimidad psicológica e intelectual, dando forma a los sentimientos a través de la imaginación, ya que ella está dotada de esta mirada que conjuga lo real con lo irreal; capaz de desarrollar una estética ecléctica original, que se descompone en un aparataje visual e integra a todas las existencias, aún las más estigmatizadas por lo “oficial” y por lo “políticamente” correcto.

Es una artista prolífica que conjuga técnica, misticismo y simbolismo, de manera que cautivan. Como artista plástica fue premiada en diversas ocasiones.

Su obra, debido a su libertad de estilo, tuvo mucha aceptación. Tanto es así, que la calidad de su obra artística fue reconocida más allá del mar y vende también, en Suecia y Portugal.

Durante su dilatada trayectoria, sus obras, en acrílico sobre lienzo, son conocidas por la profusión de colores y por ser un arte sin pretensiones ya que Nita, siempre le huyó a ser catalogada; sumada a la gran fuerza expresiva de Nita, quien logró desarrollar su propia personalidad artística.

Ser artista es acercarse al mundo misterioso y desconocido del otro y de uno mismo; y eso hace Nita Martins a través de su obra, al plasmar en cada lienzo, su tan particular visión del mundo; en un proceso donde hace énfasis la riqueza del mundo artístico, logrando despertar la capacidad de soñar y construir nuevas realidades.

La artista plástica brasileña Nita Martins, se expresa con mucha creatividad en su obra pictórica, donde crea conjugando color y simbolismo; reflejando de forma intensa las situaciones dramáticas, solamente con el tratamiento de las diversas tonalidades de colores y con el manejo de la luz.

Su obra es una figuración estilizada que está rebosante de color, luminosidad y espontaneidad; la estilización, resulta embriagadora para el ojo y el espíritu, y fascina… Característica que hace que su obra se convierta en un verdadero bálsamo mental para el espectador, ya que sus lienzos denotan una llaneza de espíritu que traslada su arte más allá de la parte formal.

Obra de acertado manejo técnico, con un uso soberbio del claroscuro, brillante en cuanto al tratamiento cromático, con motivos sencillos que expresan la cultura brasileña a través del arte abstracto, donde sobresalen las figuras de rostros; así, Nita Martins presenta una obra que logra, en cierta medida, un carácter narrativo, simbólico y metafórico.

Su temática es recurrente, domina en la secuencia onírica la faz humana como motivo casi único.

Sus creaciones, generalmente, representan abstracciones simbolistas de la faz humana, que sobresalen por recuperar el universo polifacético cultural brasileño, transbordante de alegría, evocando la pródiga naturaleza en la profusión de colores.

Evidenciando también, el mayor carnaval del mundo; pero, con la mirada o la sonrisa triste en medio a los colores vibrantes, ya que la artista, también materializa el subconsciente del ser humano vulnerable, sensible y emotivo, a la vez, el universo social donde esa cultura multifacética se desarrolla.

El contenido simbólico y al mismo tiempo testimonial en la obra de Nita Martins, corrobora con el incontestable carácter documental de las artes; mientras la artista plástica deja su huella de colores en el tiempo.

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