En realidad todos los profesionales son necesarios, pero unos más que otros de ahí que se enfatiza en la necesidad de preparar profesionales útiles a los requerimientos regionales, de modo que sean parte fundamental del desarrollo que se perfila en los diferentes departamentos del país o en los polos de cierto crecimiento productivo.
Se dice que la universidad en su generalidad debe ser responsable de la creación de una conciencia de servicio nacional y de utilidad a los fines de integración y crecimiento armónico del país formando y capacitando técnicos y profesionales que sean de utilidad a los fines del crecimiento productivo nacional.
Hay que olvidar el pasado de las organizaciones universitarias cuya tarea al ofrecer educación superior priorizaba la formación de elites socioeconómicas y hasta políticas que no respondían a las necesidades de estructurar la formación de profesionales dispuestos a ofrecer servicios muy necesarios especialmente en los niveles técnicos que eran minimizados y hasta calificados en una escala de importancia secundaria.
Muchas contradicciones sociales en materia de recibir el beneficio de la educación superior cambiaron el cuadro de las universidades de privilegio, dando paso a movimientos estudiantiles, cuanto no docentes, para plantear y lograr implantar reformas universitarias con un modelo académico más abierto a miles de estudiantes de todas las clases sociales que inclusive y por efecto de muchas luchas sociales lograron la vigencia de las universidades públicas y de su autonomía.
La vigencia de las universidades tienen sus observaciones y en los últimos días se observan movimientos que buscan “mejorar” las condiciones de impartir esa “educación superior”, bajo responsabilidad de docentes actualizados, aunque se haría mal separar a los educadores universitarios de reconocida experiencia que son la base que garantiza la preparación de los nuevos profesionales. Sin embargo y por lo que se observa sería interesante que los docentes rindan pruebas de actualización para mantenerse en los cargos. En el tema de los universitarios debería regir un reglamento que delimite el tiempo de estudio para profesionalizarse de modo que centenares de universitarios no sean una carga económica al sistema, amparándose en algunos casos bajo la dirigencia estudiantil.
De todos modos urgen cambios estructurales en la administración de todas las universidades, las públicas que dependiendo de un presupuesto estatal se consideran autónomas y de las privadas que también deben adecuarse a los requerimientos reales de cada región para impulsar de manera coordinada programas académicos que se ajusten a las realidades regionales.
Si hay algo que se reconoce en los círculos universitarios es que la educación superior está en crisis, su financiamiento se complica anualmente y del mismo modo disminuye la calidad de la enseñanza, especialmente por la formación teórica y poco práctica en la mayoría de facultades, es un tema que lo reconocen los expertos, sugiriendo precisamente adecuar la educación superior a la demanda especializada de profesionales y técnicos en cada departamento.
Es necesario establecer programas de investigación sobre la demanda laboral de cada región, tomando en cuenta los planes de desarrollo, las perspectivas en el uso de recursos naturales a cargo de técnicos y profesionales de ciertas materias, caso de Oruro donde se necesita mejorar los sistemas productivos en la minería y la metalurgia, la agricultura y la ganadería que necesitan del trabajo de especialistas para garantizar su mejoramiento y sostenibilidad.
Preparar profesionales útiles a los requerimientos de la región es tarea de autoridades universitarias comprometidas con el progreso de su tierra.
Fuente: LA PATRIA
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