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Invitado


Domingo 10 de mayo de 2015

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Cultural El Duende

María Antonieta Flores

10 may 2015

María Antonieta Flores. Caracas, 1960. Magíster en Literatura Latinoamericana. Entre sus poemarios: El señor de la muralla (1991), Canto de Cacería (1995), Los trabajos interminables (1998), Índigo (2001), Limaduras (2005), Agar (2006), Regresaba a las injurias (2009). En ensayo, Sophia y Mythos de la pasión amorosa (1997), Madera de orilla (2013).

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Cabrilleo

a EZEQUIEL MORENO le estoy pidiendo

en este día horrible

en esta capilla de esclavos

encuentro una imagen de San Rafael

rota la vara de peregrino

la piedad se la ha rodeado

de tristes flores de plástico

de antiguo polvo hoy, ayer de blanco

su mirada desviada

perdida

en la mano izquierda

el pez

el traje, verde

le prendo una vela y ruego a mi alma

la hecha añicos

que no sabe cómo lleva a este cuerpo

y lo obliga a cumplir

prendo la vela y todo su pie derecho

–dame fuerzas para fingir

Imploro

ducha en actos de la piedad popular

espero que caiga la esperma

coloco la vela junto a las otras

–Rafael, digo

no más

en mi alma hay una culebra irredenta

el ángel de la pasión tiene los dedos quebrados.

La orante

Vas encendiendo velas

por aquel que está perdido

por aquel que te llama en la noche alta

una vela de iglesia por el amor

cantemos al amor de los amores

dicen los fieles del recuerdo

alabanzas y gracias

él está aquí

la ruta en penumbras para los orantes

la angustia contenida en el respirar

la sacristía llena de secretos

y en tus manos, velas

oras al santo de su nombre

la virgen antigua te observa

resplandece un cuenco con miel y agua bendita

tú llevas a sus labios un trozo de pan

mientras el trago de vino arde

en tu garganta

y te llegan las viejas oraciones de la infancia

las que piden protección

en el regazo del silencio cae una hoja diminuta

una grieta obedece al tiempo

te santiguas frente a sus sueños y le cantas poemas

Cementerio de Benedictinos

cuida que los insectos no escuchen tus pasos

camina sobre las piedras

cumple el círculo con pasos lentos

adiestra el silencio que te queda

haz señales que marquen tu retorno

la piedra fue cruzada por líneas blancas

dibujada por el tiempo que te arrojó de lado

no esperes que algo de esta paz te acompañe

no intentes robarte la luz del amanecer

solo recuerda que aquí estuviste

que tus manos recogieron piedras y plegarias

[Si yo pudiese ser]

1

si yo pudiese ser

si sólo pudiese ser

si apenas ser

no se oirían

estos gritos

y esta cuerda que arrebata

el último sonido

si apenas ser

y abrir entonces

apenas

el sonido ronco del esternón

la pesada piedra

si apenas

esa flor que de lejos

se divisa

desde un lugar imposible

si apenas

en el tejido de los cabellos

y la serena virtud del misterio

en las llaves que se caen de la mano

y suenan

la profunda hoguera

de apenas

si así

en el turno de la pérdida

bajo la triste inclinación

si pudiera

si sólo

si ser

en las telas lejanas de un cuadro de Memling

si sólo

apenas ser

llave de rozado bronce

de puerta atribulada

cerrado

cerrado mundo

con los vórtices de la tierra suspendida en un límite

trabajoso instante

si pudiese y si hiciera

la hoja abriéndose y se seca

 más al rumbo de la muerte

más añico

y así astilla

pudiendo ser

la temblorosa luz que te devora

pudiendo ser

la ofrenda

de la obscuridad

y el silencio

un brazo, otro

un ojo, otro

un pie, otro

y la muerte

si apenas ser

pudiera

si una quietud y la brea

esta sal que me recubre

si pudiera

si pudiera

en letanía

ser

si yo pudiera

si apenas ser

es arena con tierra y raíces

cae y cubre

Para tus amigos: