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Domingo 10 de mayo de 2015

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Cultural El Duende

El mundo que yo quiero

10 may 2015

Biyú Suárez

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Esta mañana, como todas, llueva, truene o relampaguee, mamá me alista para ir a la escuela.

Mientras se cepilla los dientes con una mano, con la otra me enjabona la cara o abre la llave para que el agua se lleve el champú de mi cabeza.

Yo rezongo, me muevo y no me dejo terminar de bañar.

No quiero salir de mi casa. ¡Quiero quedarme con Quico, mi perro! Grito y pataleo.

Me reflejo en los ojitos húmedos de Quico, me resigno y digo antes de irme a la escuela:

–¡Mira mami, no necesito de tu ayuda! ¡Puedo amarrarme los zapatos yo solito!

La sonrisa de mi mami llena la casa como el sol y como el olor cuando prepara mermelada de piña.

Solo cuando ella piensa en mi papá parece que esa gran sonrisa se le borrara.

¿Usará mi mamá un borrador de la pizarra que tiene mi maestra en el colegio?

Ayer, dibujamos a la familia en clase.

Mi mamá parecía más grande, creo porque llevaba una camisa floreada y tacones muy altos.

A mi papá le pinté un bigote muy largo que le llegaba hasta los pies y yo estaba sentado entre sus piernas, jalándoselos fuertemente.

Mi maestra se mostró muy contenta con los dibujos de todos los niños de la clase. Le gustó especialmente el mío.

Le gustó tanto, tanto que me llevó a ver a una maestra que se llama Lasicóloga. ¡Qué nombre tan raro!

Cuando tenga una gata la nombraré así.

Esa señorita (es solterita, yo indagué si tenía hijos y ella dijo que no) es muy bonita, pero muy preguntona. Mueve las manos y arruga la nariz.

¡Me gusta el retrato de tu familia!

¿Podés contarme cómo se llaman tus padres?

Yo le dije el nombre de mi mamá, pero no le conté que cuando mi mamá oye el nombre “de ese que no debo nombrar” se pone a llorar. Por eso no le dije cómo se llama mi papá. Por suerte ella no me volvió a insistir.

Volví a dibujar a mi familia junto a la señorita bonita.

–Le preguntaré a mi profe su nombre de nuevo, me da vergüenza preguntárselo a ella.

¡Es el nombre para mi futura gata, recordé!

Esta vez la figura de mi mamá me salió más hermosa y más grande.

El cabello de mi mamá no es negro ni rubio. Es café y huele muy bien. El que “no se nombra” parecía un enano a su lado en mi nuevo dibujo y yo ya no le sujetaba las piernas, sino que estaba colgando de la falda a cuadros rojos y verdes de mi mamá. La profe dijo que ella misma le mostraría mi hermoso dibujo a mi mami.

–No, señorita Lasico (¡Recordé su nombre, pensando en la gata angora que le pediría a mi mami!) mi mamá trabaja hasta muy tarde y no podrá venir a la escuela. Hoy me recoge mi abuela.

Me gusta ir con mi abue. A veces la llamo Lita. Soy su único nieto y por eso me mima y consiente mucho. También como ella es tan antigua (no le gusta que le diga vieja, pero ¡sí que lo es! ¡y muchísimo!) lo sabe todo, por eso también le digo “Sabia” “Masabia” “Abuesabia” y ella se ríe sin parar.

El otro día que me dolía la panza, mi mamá la llamó por teléfono. Ella tiene uno grandote en su cocina, porque no le gusta el teléfono celular (yo siempre digo que no le gusta porque tiene muchas teclas y solamente en este saco ya no es tan sabia, tiene que hasta ponerse los lentes para contestar una llamada. Yo tengo que marcar el número de mi mamá… ¡que me lo sé muy bien!)

Mi mamá quería preguntarle qué debía yo tomar para ese dolor tan horrible que tuve después de comerme una caja completa de chocolates. Ella, mi abuesabia, creo que es doctora, dijo que tome un té de manzanilla anís. Por eso me curé en un abrir y cerrar de ojos.

–¡Abue, contame una historia! –le dije cuando terminamos la cena.

Ella nunca me dice que no.

Me contó sobre unos indios que vivían en paz con la naturaleza y con los animales, rodeados de flores, árboles de tamarindo y de guayaba, y ella me recordó que es lo que debemos cuidar.

Yo quiero vivir en un mundo como ellos.

Dormí con mi sabiabuela esa noche.

A la mañana siguiente mi mamá vino con el que no se nombra agarradita de su mano.

Nos fuimos a casa y ahora lo llamo con todas mis ganas ¡papá!

* Biyú Suárez Céspedes.

Santa Cruz

Presidente de PEN Internacional filial Bolivia.

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