Viernes 08 de mayo de 2015
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Editorial y opiniones
La debilidad espiritual trae debilidad al cuerpo
08 may 2015
Maximiliano Corradi
Cada pensamiento aspira a realizarse, es decir nuestros pensamientos son nuestros sufrimientos. Si estamos equilibrados y armonizados, si tenemos pensamientos luminosos y amistosos, las fuerzas espirituales fluyen más intensamente en nosotros.
Si tenemos pensamientos negativos, faltos de luz, desconsolados, la fuerza espiritual disminuye en nosotros. El sistema nervioso, que es la conciencia de los nervios, reacciona y deja fluir las fuerzas espirituales correspondientemente, de forma más o menos intensa, según sea nuestra postura frente a la vida.
Si la persona tiene que luchar con problemas o con la actitud de su prójimo, su organismo se debilita. Tan pronto toma distancia de estas dificultades el organismo se estabiliza, porque la fuerza espiritual fluye de nuevo. Sin embargo, las personas que no prestan atención a sus pensamientos, sensaciones, emociones y tendencias, no reestablecen la fuerza espiritual y pueden sufrir un golpe de destino, pues la debilidad de espíritu trae consigo también debilidad del cuerpo.
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