Hay marcadas contradicciones en lo referente a la construcción de un viaducto para permitir la prolongación de la pista de aterrizaje del Aeropuerto “Juan Mendoza” que necesita por lo menos 400 metros más para satisfacer ciertas exigencias técnicas de operación aeronaval internacional.
Como resulta imposible efectuar esa ampliación en la zona norte de la franja de aterrizaje, lo definido establece que tal ampliación se haga en el extremo sur de la misma pista lo que obliga a construir un viaducto para permitir el tráfico vehicular en la zona de las obras que debían haberse entregado en el mes de abril pasado ya que su inicio se formalizó un año atrás, se dio un anticipo a la empresa que se adjudicó la obra “llave en mano” y resulta que a la fecha, según se estableció tan solo se avanzó un 2 por ciento del proyecto, es decir solamente se hizo la preparación preliminar de las rutas alternas que deberán ser utilizadas mientras se construya el viaducto.
La principal autoridad departamental mostró optimismo sobre el tema y aseguró que “esta semana” se iniciarían las obras, lo que preocupó a centenares de vecinos por lo que significaría otra interrupción de vía en la misma ruta que conecta la ciudad y las urbanizaciones que van hasta Vinto, ya que en el sector del Puente Tagarete ya existe una prolongada interrupción por obras que también está ejecutando la Gobernación.
Pero ahora resulta que el retrasado viaducto legalmente no puede ser construido porque regularmente el tiempo de contrato ha fenecido y la obra ni siquiera comenzó, además que en el POA del año en curso ese proyecto se consigna con 1,7 millones de bolivianos y por lo que se sabe, el contrato que ha vencido significa 58 millones de bolivianos, según los datos que formalizó el asambleísta departamental Limbert Maceiros, añadiendo que para la gestión no existe presupuesto para este proyecto.
El problema tiene además otras connotaciones de orden interno, ya que el proyecto de la doble vía entre el distribuidor del Tagarete y la población de Vinto, está en proceso de auditoría, no tiene informe final y sin embargo la misma Asamblea Departamental habría aprobado el pago de la última planilla para el cierre administrativo de ese emprendimiento, sin que la obra haya sido entregada oficialmente, cosa que no podría suceder ya que falta completar obras en el distribuidor vehicular, que a la fecha está siendo objeto de una importante refacción.
Disposiciones sobre la materia señalan que mientras una obra esté bajo proceso de auditoría no pueden ejecutarse otras construcciones de ampliación y ni siquiera de mantenimiento, sin previo dictamen de auditoría. Como se ve el asunto no es tan simple, ni mucho menos puede solucionarse con optimismo, hay necesidad de aclarar la situación, establecer prioridades y sobre todo responsabilidades, pues lo que ha sucedido es inadmisible, se firmó un contrato con una empresa por 58 millones de Bs, debía entregarse la misma en 14 meses calendario tomando en cuenta que la “orden de proceder” se la dio en enero del 2014. El pasado mes de abril el viaducto debió ser estrenado.
Son circunstancias especiales que se confrontan en nuestras principales instituciones, que mueven recursos financieros y no se concretan las obras que anticipan mejoras para la ciudad y los vecinos, estos últimos sufriendo una serie de contratiempos por obras inconclusas de las que nadie responde.
Fuente: LA PATRIA
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