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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 La robotización nuestra de cada día - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
En Chengdu, muy cerca de Tianpeng, está la primera fábrica que trabaja a oscuras día y noche. El ahorro de energía es incuestionable, además de cero salarios, el sueño de la patronal.
En Chengdu no hay paros ni huelgas, ni sindicatos, porque no hay salarios, solo los patrones tienen sueldos.
Terry Gou, cuenta el sociólogo sueco Roland Paulsen, fue la salvación de Foxconn luego de la ola de suicidios de trabajadores de ésta proveedora de Apple en 2010. Gou introdujo en la producción la robótica, hoy (permítanme el término) “trabaja” un millón de robots aunque todavía labora la misma cantidad de obreros en el sentido de Marx, éstos últimos no pudieron salir a manifestarse este Primero de Mayo, porque las marchas no organizadas por el partido están prohibidas.
Terry Gou, siempre en versión de Paulsen, vaticina que dentro de tres años el 70% de la producción de Foxconn la harán sus robots.
Roland Paulsen tiene escrito un libro, lo he escuchado con atención en la televisión sueca y acabo de enterarme que será cronista del matutino DN de Estocolmo. Roland Paulsen (por ahora mi autor favorito sobre asuntos laborales) cita a Andrew McAfee autor del libro La otra época del maquinismo y dice que ni el sector de servicios se podrá salvar de la robotización.
Hace un par de semanas en Estocolmo, Robin Govik Jefe de Desarrollo Empresarial de Mittmedia (un grupo editor de diarios), anunció que en este mes de mayo se pondrá a prueba el primer robot/periodista que escribirá textos sobre el estado del tiempo y la circulación de tráfico. Semanas atrás Kris Hammond fundador de la empresa de software Narrative Sciencie de USA vaticinó que el premio Pulitzer del 2016 será obtenido por un robot/periodista. Tengo aún dudas, pero, luego de ver algunas demostraciones no me abandona el pesimismo.
La lucha por fuentes de trabajo tiene sus variantes políticas. Hay quienes dicen que la robotización abrirá nuevas fuentes de trabajo, porque alguien tiene que fabricar a los nuevos proletarios, alguien tiene que programarlos, alguien tiene que hacer mantenimiento, etc. lo que es cierto, pero, esos nuevos trabajos no serán masivos como fue durante los años de gloria del industrialismo. Suecia tiene tres ejemplos de empresas del llamado sector IT: Spotify, Skype y King, las tres son “inventos” suecos, según Roland Paulsen las tres juntas no emplean más de 1.500 personas en Suecia. El pasado año calculó la empresa Ny Teknik que, las 25 más importantes empresas del sector IT, producirían 3.700 plazas de trabajo más o menos el total de empleados que tiene el hospital de Dandery de Estocolmo que no es el más grande. Si 25 empresas ofrecen 3.700 plazas, la Volvo hecha a la calle en un “vamos” a 6 mil, lo mismo que la Ericsson o la Saab.
Hay economistas como Paul Krugman que no creen que la solución es sencilla porque nadie está preparado por la reconversión. Pues, las viejas plazas laborales desaparecen tan rápido que las nuevas fuentes laborales no abastecen.
La automatización/robotización es imparable y además necesaria, lo que está demostrando en la práctica que el salario ya no es un factor importante en el sistema de distribución. Hay economistas que piensan que el estado debe garantizar un ingreso mínimo para evitar un colapso del sistema. Naturalmente, los viejos marxistas están contemplando el suicidio del viejo capitalismo, pero… no hay nada que puede remplazarlo, tal vez dentro de poco el viejo capitalismo tenga que aceptar el acortamiento del horario de trabajo a condición de mantener el mismo salario o alguien convenza a las 85 personas más ricas, que poseen la mitad de los recursos del mundo, a entregar una parte de sus capitales y su poder para mantener el sistema funcionando, es decir es mejor ceder el anillo para no perder la mano, pero, ¿estarán dispuestos?, personalmente no lo creo.
El mundo industrial está en crisis porque la robotización y automatización de los nuevos sistemas más que emplear deja en la calle a millones de obreros que, frente a la paralización de la izquierda, sin respuesta frente al nuevo fenómeno, igual que la derecha que cree que la solución está en el mercado, se miran el ombligo nacionalista.
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