El anuncio oficial puede tener connotaciones especiales en ciertos niveles de la colectividad nacional y también en la internacional, por las implicaciones que quisiera darse a una decisión gubernamental de comprar armas y lanchas con “fines disuasivos”.
El Primer Mandatario y su Ministro de Defensa anunciaron oficialmente que se adquirirá material bélico para las Fuerzas Armadas (FF.AA) y que la operación se centra en armas largas y lanchas acorazadas para fines disuasivos. Se dará prioridad a unas armas más que a otras con el fin de contar con equipos tecnológicos y dar seguridad al Estado boliviano.
Por la información divulgada a nivel superior, entre las armas que se comprarán se cuentan fusiles y ametralladoras para todas las unidades mecanizadas del Ejército, en tanto que “la Armada ve la necesidad de tener lanchas acorazadas de gran potencia para desplazar tropas en tiempo de guerra, pero también para hacer actividades humanitarias”. Esta última parte del anuncio oficial, es el que pone los “nervios de punta”, según los analistas.
Más explicaciones sobre el asunto, llevan a mayor tensión ciudadana, considerando las características pacifistas de nuestro país y los anuncios con tinte belicista en la compra de armas, por ejemplo cuando se explica que “hay una instructiva de priorización para comprar lo necesario, lo indispensable para mantener un Estado con seguridad. La mejor forma para evitar una agresión es la disuasión y la disuasión es demostrar que uno tiene la capacidad defensiva y eso tiene que ver con la tecnología…La única forma de garantizar la seguridad es tener capacidad disuasiva”, apuntó el titular de Defensa.
La compra de armas en cualquier nación, llama a suspicacias y más aún si el anuncio cobra notoriedad pública en la voz de sus principales autoridades. En el caso boliviano y por las insinuaciones vertidas, explicaciones y por supuesto el alcance de las medidas que por razones estratégicas no pueden ser reveladas íntegramente, conducen a mostrar al vecino país con el que sostenemos un centenario problema, que aquí y después de más de medio siglo se habría decidido la renovación total del armamento de las FF.AA.
Entre una y otra insinuación, el ministro de Defensa señaló que pese a las limitaciones económicas, Bolivia está preparada para la defensa y en una alusión directa a Chile dijo “ven una actividad nuestra como peligrosa, pero no se dan cuenta de lo que ellos hacen”, adelantándose a la reacción que habrá en Chile sobre la compra de armamento en Bolivia.
Pero no todo quedará en comprar armamentos y lanchas, además se habla del potenciamiento de las FF.AA. a través de la compra de un equipo completo de radares que controlen el transporte aéreo en nuestro territorio, objetivo que se cumplirá con la instalación de modernos equipos franceses que facilitarán el control en defensa de la soberanía nacional y que empezarán a funcionar en el curso del este año.
¿Qué está sucediendo realmente? Es una interrogante que merece aclaración para despejar susceptibilidad ciudadana y si se trata tan solo de renovar el obsoleto armamento de las FF.AA. vaya y pase, pero algunas insinuaciones que sobrepasan el contexto de la “compra de armas con fines disuasivos”, tienen que mostrarnos un punto de equilibrio entre la necesidad de equipar mejor a la entidad tutelar de la Patria, derecho inalienable; pero otra cosa es disuadir con tono belicista, lo que cambia la posición pacifista de Bolivia.
Fuente: LA PATRIA
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