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Domingo 26 de abril de 2015

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Cultural El Duende

Evgueni Evtushenko

26 abr 2015

Evgueni Evtushenko. Nació en Siberia en el pueblo de Zimá, región de Irkutsk en 1933. Prolífico escritor. Evgueni Sidorov afirma acerca del poeta: “Reconozco que me gusta mi héroe. Para mí, Evtushenko no es solo un amigo íntimo, poeta prosista, crítico, actor de cine, magistral fotógrafo. Es, además, un personaje literario cuya vida se desenvuelve como en una novela de aventuras. Irrita a muchos y a muchos les resulta contraindicado, como un aderezo picante para una comida dietética.”

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Es luz y paz la fuerza del amor

Pasajera es la fuerza pasional.

Otra, poquito a poco la aprehendo.

Aventuras del cuerpo tiene el hombre

y aventuras de ideas y sentimientos.

Aventuras buscó mi cuerpo mismo

y se extenuó como extenuóse el alma.

Me faltó la caricia de la muerte,

que hasta ajena me hubiera sido, extraña.

Por fin, de mí ya se apiadó Natura

(o fenómeno dile, a tu sabor).

Como el buen tiempo, en mí se ha establecido

–claror y paz– la fuerza del amor.

La vi enorme con su tambor valiente.

Y ella pasó a ser tú. Y en nuestra alcoba

oscura, con el dedo al labio, ella

silencio me intimó, muy rigurosa.

Balbuce el benjamín, incomprensible.

Despertarlo es tabú. Y el mayorcito

alerta está y le mordisquea el labio

su diente único, recién salido.

Se me ordena besar con besos tácitos.

Beso cabal no lo permite el lloro.

El desorden de los juguetes crea

en derredor un orden extremoso.

Me someto a este orden en que, ágil,

fino rayo de luz, la aguja fulge,

refulge sobre el forro de mi abrigo,

callada viene y va, zurce que zurce.

A casa había llegado, más los hilos

con que liliputienses maleantes

me ataran, se me hundían en la piel.

Tú, fácilmente los desenredaste.

El cúmulo del mal aquí en la Tierra

con todo su armamento ¿es ya tan fuerte?

como tú y yo, que inermes nos sentimos

tal como nuestro amor, también inerme?

Duerme en un clavo mi mojada gorra.

Junto al umbral, leones –son de trapo.

Cuando la vida y el hogar son firmes,

los hijos el amor están vedándonos.

Que el supremo poder niños lo ejerzan,

principio es de principios. ¡Qué infeliz

fue Mayakovsi! ¡Nunca un hijo tuvo,

en sus brazos jamás lo vio dormir!

Cuando ya se hace larga esta epopeya

¿quizá irrite a las bombas mi ventura?

¿Feliz seguiré siendo, sin llegar

a tonto, sin perder de mi natura?

Vociferan las fuerzas del mal, truenan

ansiosas de roer huesos humanos.

Mas la fuerza de amor –luz, paz– no quiere

que sin razón despiértese a los párvulos.

Como un ángel en este siglo atómico,

al tanque y a la bomba diles “¡No!”

haz saber que durmiendo están los niños,

que es luz y paz la fuerza del amor.

***

Aún todas sus lágrimas el sauce no ha llorado.

A su sombra, en la orilla me quedé pensativo:

¿qué hacer para que sea feliz mi bienamada?

¿de qué manera conseguirlo?

No le bastan los hijos, la abundancia,

lo poco que nos damos al cine, al visiteo.

Yo le hago falta, yo, sin resto alguno… Mas

¿qué puedo hacer? Ya soy tan solo restos.

Puse mis hombros yo bajo la época

y esta arañó mi piel con sus ramos nudosos.

Ya para reclinarse mi bienamada, para

llorar sus penas, no le queda hombro.

Hoy, del hombre, la amada ya no recibe flores.

Arrugas, sí. Faenas, todas las de la casa.

Él la engaña, taimado, y si ella reciproca

lo hace por desquite, lo hace de ultrajada.

¿Cómo puedo a mi amada hacer feliz,

ofrendas a sus pies depositando,

cuando mi vida, que le entregué ya,

está rancia y tiene gusanos?

¿Por qué a la bienamada se la ofende

tan sin razón como tan a menudo?

Cómo hacerla infeliz, todos lo saben.

Cómo hacerla feliz, ninguno.

***

No se acumula a fuerza

de versos poesía.

Sí a fuerza de los clavos

con que horada la crítica

las manos del poeta

cuando lo crucifica.

No a la fuerza de metáforas

se acumula poesía,

si a fuerza de torturas.

No añaden poesía

países recorridos,

sí heridas recibidas.

Citas no la acumulan,

pero si los dolores

y las magulladuras.

La cumulan pesadas

moles que a duras penas

se logra levantarlas.

¿Creó con llanto y sangre

de artífices, la Tierra,

gemas en los Urales?

Así como formara

en los Urales ella

tantas piedras preciosas,

formando va poetas.

Para tus amigos: