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Domingo 26 de abril de 2015

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Revista Dominical

Poder para recuperar la fuerza interior

26 abr 2015

María Guerrero Escusa - Psicóloga

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La felicidad no está allí donde la buscas. Somos buscadores incansables. Buscamos la felicidad en todos los rincones, detrás de cada cosa que hacemos, de cada persona con la que entablamos una relación. Buscamos tener, ganar, pretendemos éxito. Sin embargo, tras conseguir nuestros logros, ésta no llega como la habíamos imaginado.

A menos que conozcamos la verdad de nuestro ser, no podemos experimentar la gran bendición que es la vida, no podemos inundarnos del gozo de ser, por el simple hecho de ser.

La felicidad está en ti. En quien eres, en el amor que sientes y, a menos que sientas con intensidad esa fuerza interior que conforma tu ser, no podrás conectar con tu poder, ese poder con el que naciste y que fuiste perdiendo con el paso de los años.

Equivocamos el camino y comenzamos a buscar nuestro poder fuera. En los padres, en los superiores, en los sabios, en la medicina, en la religión, lo que da como resultado una búsqueda infructífera porque, en realidad, nuestro poder siempre ha estado dentro de nosotros mismos y es el motor de nuestra felicidad.

La persona que siente su fortaleza tiene un autoestima saludable, se conoce bien, se acepta como es y acepta tanto sus capacidades como sus limitaciones. Se siente libre y persigue sus propias metas.

Nuestra fortaleza es esa energía que nos permite permanecer equilibrados y persistir ante las diversas circunstancias de la vida. Nos otorga la capacidad de decidir y nos permite mantenernos en pie sin perder nuestro equilibrio mental y emocional. Una persona conectada con su fortaleza interior es aquella que sabe adecuarse a los cambios, los acepta como un modo de crecer y evolucionar. Es flexible como el bambú: se dobla pero no se rompe.

Somos seres completos. Nacimos con todo lo que necesitamos para ser felices. Solo falta que creamos en nosotros mismos. Aceptarnos significa dejar de juzgarnos, de infravalorarnos. Aceptar nuestras cualidades físicas, intelectuales, emocionales. También nuestras experiencias, lo que no significa que se correspondan con nuestros deseos. Hay situaciones que no buscamos y sin embargo llegan. Ante situaciones así solo hay dos posibilidades de respuesta, rechazar o aceptar. Si elegimos rechazar la vivencia nos genera angustia y ansiedad. Si elegimos aceptarla experimentaremos a través de lo que vivimos y aprenderemos a reconocer lo que es beneficioso para nosotros y lo que no lo es. Si aceptamos abrimos muestra consciencia a la experiencia. Acogemos cada momento como un regalo que es fuente de energía y restituye nuestro poder.

Cuando nos olvidamos de nosotros mismos, dejamos de ser quienes somos en realidad y nos convertimos en prisioneros de nuestras propias limitaciones. Nos olvidamos de ser felices. El riesgo es seguir patrones aprendidos, vivir como nos dijeron e impedir que salga a la luz nuestro verdadero ser.

Amarnos y respetarnos significa atrevernos a ser quienes somos, abrazar nuestra realidad, asumir el aquí y el ahora de nuestra vida, acogerla, vivirla con intensidad hasta llegar a trascenderla. Tener una actitud positiva hacia nuestro derecho de vivir y ser felices.

Respeta tu derecho a satisfacer tus necesidades y hazlo con una actitud positiva hacia ti mismo. Solo pueden los que creen que pueden. Es importante que vivamos conscientes de nuestras elecciones, y que sepamos que todo lo que hagamos tiene una consecuencia, ya sea positiva o negativa. Cada uno es el único responsable de su felicidad.

Cuando elegimos libre de influencias externas, nuestros pensamientos y acciones están en armonía con nuestros valores y, entonces, crece nuestra confianza y nos apropiamos de nuestro poder interior. Fíate de ti, de tu instinto, y no tengas miedo de seguir los dictados de tu corazón. Cuando nuestras acciones contradicen nuestras convicciones perdemos el respeto por nosotros mismos y nos impedimos conectar con nuestro sentimiento de dignidad.

Permanecer optimistas nos ayuda a sentirnos seguros y confiados de que tenemos los recursos suficientes para responder a cualquier situación. Tú vales tanto como cualquier persona y eres digno de vivir y desplegar todo tu potencial. Eres digno de ser feliz. Respira, siente tu poder y arriésgate a vivir, se quién eres. Aprende a mirarte con la confianza y seguridad en ti mismo. Confía, el poder, la sabiduría y la fortaleza, están dentro de ti.

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