Miercoles 22 de abril de 2015

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Pese a las “soldaduras” inventadas por el ministro de Economía, nuestro país – al igual que el resto de los países pobres – sufrirá las consecuencias de la crisis económica porque habrán menos ingresos y los gastos, forzosamente, deberán reducirse.
Creer que contar con reservas monetarias es solución para los problemas, es un error porque esas reservas si bien son favorables al país, son recursos previsores para el futuro; de alguna manera, pertenecen a quienes hoy sirven en las actividades públicas y privadas y, finalmente, son un sostén de nuestra economía.
La crisis económica, en toda circunstancia, es un desafío para todo el pueblo boliviano. El Gobierno, aunque no crea en esa crisis, sabe muy bien que deberá enfrentarla y, de todos modos, ser prudente, parco y responsable en los gastos; no puede ni debe continuar con políticas dispendiosas y debe abstenerse de muchos gastos a los que está acostumbrado. Esa política, si se la observa cuidadosamente, será en beneficio del propio régimen.
Será preciso gastar menos de lo que se gana, de tal modo que se pueda contar con superávits, por pequeños que sean, para encarar en mejor forma a la crisis. No podemos ni debemos actuar displicentemente en el uso de los recursos financieros; al contrario, gastar lo menos y ahorrar lo más que se pueda.