Sistematización: Juan Marcelo Mercado Ponce - Investigadores: Gonzalo Calani A., Nahir Fernández de la Barra y Omar Ramos A. - Miembros de la Comunidad Científica Antropológica-U.T.O.
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El territorio originario de Totora Marka, correspondiente a la jurisdicción de la provincia San Pedro de Totora, se encuentra ubicado hacia el norte del departamento de Oruro. En esta región desde hace más de 30 años, se ha popularizado lo que podemos denominar “La fiesta de los toros”, consistente en la pelea de toros de la zona, hecho social de diversos significados en el ámbito simbólico y funciones especiales para reforzar el complejo tejido social, en este marco las autoridades y comunarios consideran este evento como parte de su patrimonio cultural, que se desarrolla anualmente en la primera semana del mes de abril.
Varias familias de este tramo del altiplano, invierten dinero y dedican su tiempo a la cría de toros peleadores, el tiempo de crianza regularmente dura el promedio de 6 años, fluctuando sus precios entre los 6.000 a 12.000 bolivianos, costo que se puede multiplicar cuantitativamente en el caso de los ganadores de peleas. Una de las cosas sorprendentes de estos animales, es la formación y nutrición de estos, que se caracteriza por los varios privilegios que gozan, un mes antes del desafió de ningún modo se les destina trabajo alguno (como roturación de tierras), exigiéndoseles solamente el entrenamiento específico y la buena compañía de sus dueños, quienes bautizan a los taurinos con nombres peculiares; Walaycho, K’osko, Cholo, Alk’amari, Llunk’u, Chillk’a, Wila Lunk’u, además según comentan, estos toros resultan ser tan mansos con sus amos, tal cual pequeños cachorros, solamente se enfurecen en el momento del combate con sus similares o con eventuales desconocidos, es por eso de entender que cuando son lastimados en alguna pelea, sus dueños lloran lamentándose de manera desconsolada.
En la línea de la cosmovisión Aymará, este encuentro de Totora refleja la complementariedad, reciprocidad y competitividad de territorios, el certamen está dividido en equipos que representan a las parcialidades Aransaya (Arriba) que corresponde al sector de Lerko y Urinsaya (Abajo) que corresponde al sector de Wara Warani.
El escenario principal de esta fiesta es una gran explanada de aproximadamente 6.000 metros cuadrados, contando con gran concurrencia de gente que proviene de los Municipios de Huayllamarca, Curahuara de Carangas, Caracollo, así también otros procedentes de zonas más lejanas como San Pedro de Buena Vista (Potosí), Bolívar (Cochabamba) y Gualberto Villarroel (La Paz). Con carácter previo al evento principal, como es de rigor se realiza el acto ritual otorgando las ofrendas a la madre tierra, pidiendo permiso conforme las costumbres predominantes, posteriormente con participación de autoridades originarias, municipales y capitanes de ambas parcialidades, se realiza el sorteo pertinente para decidir la salida de los primeros bueyes, además se aprovecha este espacio para poner en claro las reglas de juego, prohibiéndose las agresiones entre Comunidades, que en otras ocasiones suelen ocurrir, inmediatamente todos se retiran para dar inicio a la acometida de estas bestias asombrosas.
Cuando todo se encuentra preparado, desde un extremo del ruedo, cual si fueran un club de fútbol se presenta el toro de uno de los equipos, es un momento de alegría y éxtasis, el público aplaude, silva y celebra, acto seguido se presenta el contrincante recibido con la misma o mayor efusión. Se coloca a los toros frente a frente, siendo animados por sus dueños con arengas en idioma originario y castellano, empiezan a luchar los gigantes de las astas, realmente es espectacular el choque de cabezas y cuerpo, el movimiento violento que realizan, la gente empieza a hinchar por sus favoritos, todo termina cuando alguno de los combatientes rehúsa seguir batallando o definitivamente huye. El dueño ganador además de los premios ofrecidos por los organizadores (forraje, semillas de alfa alfa, granos de cebada y herramientas agropecuarias) se lleva el gran aplauso, los vítores del público, pero sobre todo el respeto de su comunidad, que agradece de este modo el gran esfuerzo de los participantes.
Según testimonio oral de oriundos del lugar, aseguran que Totora se considera un gran criadero de ganado bovino, en tal razón, muchos observadores de estos encuentros llamados por su infrenable afición “fanáticos”, los cuales recorren otros territorios en busca de similares espectáculos, se constituyen en Totora para cazar nuevos talentos, llevándose a los ganadores a otros Municipios y departamentos, en otras palabras Totora es considerada la vitrina para la aparición de nuevos campeones taurinos.
El acontecimiento concita la expectativa de multitudes, pero además reúne a una decena de productoras que graban todas las incidencias para después ofrecerlo editado en DVDs, a la vez aprovechan el momento para comercializar videos de otras celebraciones similares como por ejemplo las realizadas en Gualberto Villarroel (La Paz), Bolívar (Cbba.) y Norte Potosí. Por este medio se logra difundir esta festividad en diferentes lugares del girón patrio y otros países como es el caso de Argentina, Chile, Perú y Brasil.
Adicionalmente al Turu-Nuwasivi (pelea de toros), se realiza la feria agropecuaria y gastronómica, que ofrece productos tradicionales propios, asimismo productos no tradicionales traídos de otras regiones, sin embargo lo más atrayente parece estar en la oportunidad de poder degustar la sabrosísima q’ala wat’ia (asado en piedra) y otros platillos típicos.
FUENTE: Trabajo de Campo realizado por la Comunidad Científica Antropológica el 6 de abril de 2015
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