Estamos en el cuarto mes del año y tenemos en frente al reloj de la vida que no se detendrá jamás, así seamos ricos, pobres, jóvenes, viejos, políticos o mascotas.
La verdad, nadie tiene la vida comprada y en cualquier momento podemos partir de este mundo, no sabemos cómo, pero lo haremos. Qué mejor hacerlo dejando huella con trabajo y dedicación. Quizá sea solo un ideal, pero es posible.
Esa reflexión viene a consecuencia de haber conocido la infausta noticia el miércoles 1 de abril de este año, cuando el insigne periodista Elías Delgado Morales fue llamado a la diestra de Dios Padre.
GUÍA
Hace algunas horas revisando la pequeña biblioteca de casa, encontramos una guía turística de 1988, bajo el rótulo de “Oruro Capital del Folklore Boliviano” editada en tres idiomas, español, traducidas al inglés y alemán por Rosemary Vargas y Wemer Schohaus.
Al ver el nombre del autor nos acordamos de ese hombre, de ese periodista que dio su corazón por esta tierra.
Para las nuevas generaciones de periodistas tal vez no sea muy conocido, pero muy recordado por el resto de los trabajadores de la prensa. Algunos que siempre lo admiraron y otros que solo lo tomaron como un ser más en esta tierra. Aquel hecho demuestra que no a todos podemos caer bien.
Sin embargo, para quienes tuvimos la fortuna de compartir en varias ocasiones charlas, sugerencias, experiencias e incluso discusiones, sabemos que fue un ser dedicado al periodismo, es decir, nació para este oficio, difícil por la responsabilidad que implica.
Cuando lo veíamos caminar en la calle, siempre vestía corbata y un traje, no perdía la tradición de la vieja ola periodística. Hace algún tiempo sus lentes estaban compuestos con vidrios verde oscuros, pero antes de partir los cambió por unos más modernos.
Era habitual verlo por la plaza 10 de Febrero, pero también en las actividades de los periodistas en las fechas conmemorativas. Momentos oportunos para intercambiar criterios.
Mientras lo recordábamos en el imaginario de nuestra mente, se nos ocurrió hojear la guía que escribió con mucha dedicación sobre el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, pero también de Oruro, la Capital del Folklore de Bolivia.
Destacó las generalidades del departamento de Oruro, dividida en varios temas como el aspecto físico, cómo se llega a Oruro, mapa de Bolivia, mapa de Oruro, síntesis histórica, algo sobre la economía orureña, movimiento cultural, autoridades locales, principales instituciones, centros de interés, guía de hoteles, restaurantes y servicios públicos, gastronomía orureña y divertimientos.
En una segunda parte, se avocó a resaltar la majestuosidad del Carnaval de Oruro, escribiendo sobre la historia de la Virgen del Socavón, el programa general del Carnaval de ese año, el significado de las danzas, sobre la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro y destacó acerca del comité pro ampliación y remodelación del Santuario de la Virgen del Socavón.
La tercera parte la clasificó como documentos y miscelánea en la que muestra los documentos de la Capital del Folklore de Bolivia, una leyenda acerca del semidios Huari y los Urus, dos obras importantes y una distinción refiriéndose a la construcción del Palacio de la Cultura “Gilberto Rojas” en la calle La Plata y Ayacucho.
Aquella obra en la actualidad no existe y a la fecha fue reemplazada por la edificación del parqueo municipal y centro artesanal.
A la otra obra que hace referencia, es al complejo urbanístico deportivo de Oruro, que en esa época era construido por Armando Rosas Guzmán, proyecto que en la actualidad tampoco existe y debería estar emplazado en las calles La Plata entre Adolfo Mier y Junín.
Volviendo al texto, en la cuarta parte se muestran una diversidad de láminas del Carnaval de Oruro.
Al seguir con la hojeada de rigor, entre las páginas 86 y 87 encontramos un pequeño papel cuadrado, que seguramente en algún momento sirvió para señalar la página al hacer un trabajo, ya que allí se encuentra el rol de ingreso de los conjuntos folklóricos de 1988.
Pero, ¿Qué es lo que llama la atención de este pequeño papel?, es la fecha inscrita, posiblemente de alguna actividad pasada, pero señalada en jueves 2, día del entierro del amigo periodista. Coincidencia, premonición, solo Dios sabe el por qué.
DEDICATORIA
La dedicatoria de Elías Delgado fue hecha con sentimiento en el libro por ello expresa: “A Oruro, mi añeja tierra natal, regazo de espiritualidad y fraternidad. A la Virgen Patrona de los mineros, fuente inagotable de fe y bondad. A mis hijos Leslie Roxana y Gonzalo Elías, consustanciados con la tierra y su vigoroso folklore. A mis hermanos, familiares y coterráneos, que permanentemente estimulan mis inquietudes”.
Sobre el Carnaval de Oruro destacó dos tiempos, el antes y el hoy, pero en 1988.
“En los últimos 40 años, el Carnaval de Oruro, Bolivia ha alcanzado inusitado ritmo y evolución, merced a la permanente preocupación de citadinos y a la creciente expectativa de visitantes del interior y exterior de la República”.
“ANTES para ver la Entrada del Sábado de Carnaval”, sin previo preparativo, había que dirigirse a la avenida principal, y en cuestión de una hora terminaba la bullanga popular, que entre otras cosas, ni siquiera ingresaba a la Plaza Mayor. ¿Prejuicios? ¿Prohibiciones oficiales? O ¿sencillamente distingos de clase…?”.
“HOY, el magno antruejo andino, paraliza totalmente las actividades de la ciudad minera. Y con días de anticipación hay necesidad de implementar una suerte de preparativos, para entregarse 10 a 12 horas de incesante desfile vernacular, con todas sus consecuencias en lo que a comodidad, alimentación y confort respecta”.
Con ese pequeño texto,
Elías Delgado revaloriza una de las actividades que más amó en su vida de periodista, el Carnaval de Oruro.
PERIODISTA
Su vasta experiencia laboral demostró que era un periodista inquieto, fue redactor y jefe de redacción de LA PATRIA, director de prensa de Radio El Cóndor, corresponsal del tabloide paceño “Hoy”, culminando su exitosa carrera como fundador y primer director del diario “Expreso”.
Fue también director del Departamento Municipal de Cultura y ganó el segundo premio en el concurso nacional del Cuento Folklórico, aparte de otros galardones en su vida universitaria. Desde 1975 estuvo en La Paz, fue jefe de redacción de “El Diario” y director de noticias de Televisión Boliviana. Publicó el libro “Perfiles de Oruro”.
Asimismo, fue ferviente defensor de la Libertad de Expresión, pero también de su tierra Oruro, formando parte del directorio del Comité Cívico de Oruro y miembro del Comité Departamental de Etnografía y Folklore de Oruro.
Según nos comentó en algún encuentro bohemio, Delgado manifestó haber nacido para el periodismo, por eso es que quisimos hacerle este pequeño homenaje periodístico.
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