En la cumbre: escudriñando la mente de Obama

En VII Cumbre de las Américas, incluyendo a Cuba como invitado, que se realizó recientemente en Panamá, han participado 35 países, para discutir temas diplomáticos, comerciales, sociales y otros de importancia para nuestro continente; en su desarrollo tuvo una serie de escenarios, ni qué decir de las expectativas inéditas que se dieron, como el saludo sana, sana que se dieron, entre la presidenta de Argentina y de EE.UU., dejando atrás ese desliz de Obama que en el pasado obvió al parecer de manera deliberada la mano extendida de Cristina Fernández de Kirchner, o la salida de urgencia y retorno a su país de la presidenta de Chile, y así hubo muchos más que destacar, pero lo realmente esperado se dio, el apretón de manos en público, al parecer muy sincero entre Obama de EE.UU. y Raúl Castro de Cuba.

Pero no creo del pintado rostro de amistad de esta última cumbre, por sobradas razones. Dentro del desarrollo de los temas propios de este evento sobre diplomacia, política, economía, comercio y otros, de los 35 países asistentes, 33 le dijeron “NO” al decreto de Obama contra Venezuela, de calificarle un “riesgo extraordinario” para la seguridad de EE.UU. En respuesta Obama bajando de tono y con mucha seguridad, dio a entender a los 33, que el decreto que pesa sobre Venezuela, es solo una declaración “formal”, es un tecnicismo jurídico de su país para aflojar las encontradas relaciones entre su país y el de Venezuela.

Pero dentro del desarrollo de estos acontecimientos demandados al presidente del país del norte, uno se pone a pensar, ¿acaso los países demandantes se volvieron soberanos e independientes?, creo sin temor a equivocarme que ahora sí, se le puede decir a los norteamericanos que ya no pueden manipularnos a sus intereses, parece que su influencia un poco se ha desacelerado, y este instrumento (la cumbre) creado supuestamente para el servicio de las decisiones de los Estados miembros, que en el pasado inmediato siempre fue un brazo asociado para imponer el dominio estadounidense, se había agotado, ahora se vislumbra con meridiana claridad la emergencia de una cohesionada estructura suramericana y caribeña, considerados aliados, alrededor todavía de coincidencias político-ideológicas y económicas, que pretenden ya no depender de la injerencia de EE. UU., ni de las recetas de las transnacionales financieras, que algunas veces son obviadas por los países de la América morena; pero debemos recordar que, USA, siempre es USA y es poderosa, no se puede negar este calificativo.

En esta cumbre ha puesto de manifiesto a un tibio y débil Imperio, además de contradictorio, una mano amistosa para Cuba y otra dura para Venezuela, al parecer pretende retomar las relaciones con Cuba, sin embargo la política norteamericana es invariable, hasta ahora persiste el bloqueo económico que soportó por más de medio siglo el noble pueblo caribeño y sigue vigente, también con su decreto amenazante hacia los venezolanos.

Hay un cierto sentido pretencioso y arrogante de señalarnos los caminos de la democracia y las formas más eficientes de ejercer para los ciudadanos de este continente los derechos humanos, civiles y políticos, habiéndose expuesto varias veces a USA como violador de estos mismos preceptos humanos. Debemos ser muy cuidadosos con EE.UU., es necesario pensar como Obama, por lo que asumo y queda claro, que EE.UU. no puede perder su hegemonía y le interesa recuperar el control y para ello pondrá en práctica todos los esfuerzos y estrategias políticas necesarias, considero que primera estrategia a través las palabras (discurso de Obama) mostrase a EE.UU. y su presidente integrado a la región, en la misma línea de importancia que el resto de los presidentes, además posa para la foto como uno más del continente americano. Incluso señaló: “Los días en que nuestra agenda en este hemisferio a menudo suponía que Estados Unidos podía interferir con impunidad, esto está en el pasado”.

Eh aquí que debemos escudriñar la mente de Obama, y sinceramente creo que debemos despojarnos de esa sensación que el presidente de EE.UU. se haya bajado tanto y ahora es igual que cualquiera de los demás de la región, pero su discurso sobrio y seguro dice que quiere ser el líder de las 3 Américas (Sur, Centro y Norte), Obama señala una nueva etapa de compromisos, como la defensa de los principios de la democracia, los derechos humanos y los valores universales; el fomento para crear más prosperidad y oportunidades; la profundización de lazos comerciales, finalmente la inversión económica fuerte para crear energía limpia y así combatir el cambio climático, todo ello de manera subrepticia nos dice que deben sumarse los demás países miembros.

Han pasado 21 años desde la 1ra. Cumbre, está ya ha alcanzado la mayoría de edad, cualidad en la que podemos definirnos en una postura latinoamericana y caribeña trazando el camino hacia la meta, no debemos perder entre nosotros credibilidad, nuestros esfuerzos no deben ser esquivos, nuestra fortaleza nace de la unidad y cohesión nuestra libertad y discernimiento de pensamiento, y la defensa de nuestros intereses como región, en alcanzar mayores niveles de desarrollo y superar los desafíos que están por delante, la pobreza y las desigualdades, la seguridad ciudadana, los desastres naturales y por supuesto tener el acceso uso de tecnologías de punta, ello nos dará autoridad moral hacia nuestros pueblos.