Tomando genéricamente el concepto, la referencia tiene que ver con todos nuestros niños, varoncitos y mujercitas que pasan por esa brillante edad de la niñez, la más delicada considerando que en esta etapa comienza su formación para pasar a la juventud y convertirse en adultos de bien.
Los niños, ya se ha dicho, evidentemente son el futuro del país, pero su cuidado, su atención, su crianza general, es responsabilidad del presente, es el espacio para dedicarle todo el tiempo necesario, ahora y todos los días del año.
Los niños por su misma condición y con algunas limitaciones en su más franca expresión, no revelan plenamente sus ansiedades, inquietudes y deseos, empero entendiendo su sencillo lenguaje, sus aptitudes y sus inquietudes, es fácil colegir para los padres, que el deseo más grande de la mayoría de los niños, es tener un hogar en el que sobre todo se irradie amor y comprensión.
La celebración del Día del Niño, tiene su sentido especial para recordar las obligaciones concurrentes con el cuidado de los niños, empezando por la seguridad de un hogar, con suficiente entereza de sus componentes, para irradiar ejemplo que es el don más importante para criar a los niños y encaminarlos hacia un futuro de seguridad con amor, respeto y solidaridad.
Lo importante es que cada día se haga conciencia de la responsabilidad de educar a los niños, de modo que estos seres tan delicados y al mismo tiempo necesitados de apoyo, no se sientan en ningún momento solos o desvalidos para enfrentar sus pequeñas pero al fin para ellos, grandes contingencias.
Quienes tienen la enorme responsabilidad de criar y educar niños, saben que la misión es delicada, que implica un despliegue primero que nada de amor y de plena conciencia de irradiar confianza, intimidad, cariño, disciplina y seguridad, aspectos que deben ser deberes cotidianos, ineludibles para formar en el presente, excelentes ciudadanos para el futuro.
Hay una serie de normas que tienen que ver con la vida de los niños en general y que forman parte de normas que pueden o no cumplirse, por lo mismo el bienestar de este enorme segmento de la sociedad es parte de la responsabilidad filial, de entender que los mayores no pueden soslayar su atención permanente a los niños, es obligación de padres y tutores, primero, de maestros luego y de autoridades en general, satisfacer las necesidades del conglomerado social de los pequeños ciudadanos que en ese trance de su vida precisan de mayor protección, con medidas prácticas y no sólo con discursos ocasionales y oportunistas.
Los niños y las niñas son la pureza de la raza humana, cuidarles y darles felicidad es preservar ésta raza y en el cometido asegurar el futuro de una generación apta para servir a la sociedad, para mejorar cada vez más, todos los derechos que asisten a la niñez y su paso a una juventud sin sobresaltos.
Algunos conceptos son reiterativos, hay que insistir en ellos y no sólo un día, debe ser misión de todo tiempo y en todo lugar. Nuestras niñas y niños son el presente y el futuro de la Patria. Pongamos en ellos todo nuestro esfuerzo y toda nuestra capacidad para brindarles, buena alimentación, buena educación, buenas costumbres y sobre todo buenos ejemplos, con esos pilares estaremos formando la nueva generación de gente sana, corporal e intelectualmente.
Una meditación de homenaje: Los niños y niñas son como las flores, duermen de noche y brillan de día, cuidemos este tesoro cada día.
Fuente: LA PATRIA
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