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Domingo 12 de abril de 2015

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Revista Dominical

El Boom literario latinoamericano

12 abr 2015

Márcia Batista Ramos - Escritora

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Latinoamérica siempre se caracterizó por su pluralismo intelectual, por la capacidad creativa, gran originalidad y la genialidad artística de su gente, sumado a las dificultades económicas para plasmar todos esos potenciales.

En la década de 1960 los países de la región empezaban a vivir bajo dictaduras militares con la excusa de frenar el comunismo, que ya se había instalado en la isla de Cuba. Esas dictaduras militares, se encargaron de exportar a intelectuales latinoamericanos hacia Europa, tal la persecución que realizaban hacia las mentes pensantes por miedo a que se repita una revolución comunista, sin percatarse que impulsaban una revolución diferente: la revolución literaria que marcaría positivamente la literatura regional y mundial.

En esta época empieza una fuga de artistas, muchos de ellos escritores que alcanzarían bastante prestigio en el exilio, antes de hacerlo en sus países de origen.

Lejos de casa, sueltos en un mundo que no les pertenecía, cargados de frustraciones y nostalgias, se manifiestan a través de las letras, sin ataduras a modelos antes establecidos. Defienden la libertad y la individualidad, en la autenticidad de sus obras, al tiempo que se defienden a sí mismos de la situación cruel que el contexto político, de la región, les inculpaba. Pues, no es bueno ser fugitivo o perseguido, tampoco expulsado. Además es difícil integrarse a una nueva cultura y mucho más difícil alejarse por la fuerza de los seres que se ama. No les quedaba mucho y era necesario reafirmarse en sus raíces latinoamericanas.

Ese coctel de fusiles y nostalgias – para no profundizar en el terror y la violencia de la época - fue lo que llevó a los escritores latinoamericanos a vivir en ultramar y a producir una nueva narrativa, según la necesidad de sus propias almas; despojadas de tradiciones obsoletas y temáticas preconcebidas; expresándose con mucha más libertad; dando alas a la imaginación, sin ningún tipo de límites; abordando temas singulares; al tiempo que hacían un tratamiento diferente del lenguaje, quizás rompiendo normas o quizás utilizando un lenguaje más simple y asequible capaz de llegar a un público mayor. En fin, eran tiempos difíciles, eran tiempos de cambio…

En Europa las casas editoriales estaban a años luz de distancia, como aún se encuentran hoy, nuestras casas editoriales, por las condiciones económicas para editar y difundir a todos sus autores y en especial a los autores noveles; sumado a que siempre buscaron nuevos talentos, como hasta hoy lo hacen, a través de los premios instaurados por las editoriales. Ellos siempre trabajaron con una visión muy distinta de la hermenéutica regional, que les permite financiar a sus escritores, lo que garantiza una secuencia en la producción literaria.

Aquí cabe hacer notar, que el público lector es muy diferente en los dos continentes, lo que permite que las editoriales europeas puedan hacer apuestas más altas, teniendo en cuenta que el lector siempre responde muy bien.

Total, se trata de escenarios distintos que correspondían y corresponden a mundos distintos. Lógicamente que el éxito de los autores del Boom, se debe al hecho de que sus obras se encontraban entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa, concretamente por las editoriales de Barcelona.

El punto, es que los escritores latinoamericanos empezaron a hacerse visibles a través de los premios que ganaban, donde antes no participaban por las difíciles posibilidades de comunicación, tomando en cuenta que en las décadas de 1960 y 1970, el mundo aún no era globalizado, en lo que se refiere a los avances en la conectividad humana: transporte y telecomunicaciones.

En ese contexto histórico social el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, atrae los ojos del mundo hacia la región cuando en 1967 se convierte en el primer novelista latinoamericano en recibir el Premio Nobel de literatura, –la poetisa chilena Gabriela Mistral había recibido la distinción en el año de 1945 por su poesía- pero, en 1967 se trataba de novela; la narrativa latinoamericana llamaría la atención a partir de ese importante hito y ganaría su espacio en los escaparates internacionales.

Todo ocurrió de repente, porque la literatura de la región recibió el reconocimiento de la crítica literaria internacional, abriendo paso a la traducción de muchos textos a otros idiomas y ventas exitosas en Europa y Latinoamérica por las casas editoriales europeas.

Con la llave en la mano y una excelente visión empresarial, las casas editoriales españolas empezaron a vender al mundo libros y más libros producidos por gente excepcional de acá que estaba allá. Puesto que sencillamente, la gente excepcional que no obtuvo un pasaje para cruzar el océano, se quedó al margen del Boom; aunque pertenecían a la misma generación; aunque muchas veces fueron tan buenos o mejores que aquellos que se destacaron; aunque su narrativa correspondía a los mismos cánones.

Esa gente buenísima, por supuesto, que merecía el mismo éxito… Sin embargo estaba, en muchos casos, en la clandestinidad, en una prisión o luchando por su propia sobrevivencia en sus países de origen donde los dictadores imperaban. Pero, así es la vida. Muchos autores que merecían la consagración, paulatinamente llegaron a ser traducidos a otros idiomas a partir de la década de 1980. Tuvieron tres o cuatro ediciones del mismo libro, pero, no les llovió estrellas ni billetes y tampoco aparecen en las listas de escritores del Boom latinoamericano, por el contrario, se los cita, en ocasiones, como autores influenciados por el Boom o autores del post Boom.

Entre 1960 y 1970 la literatura latinoamericana, que siempre contó con una amplísima producción, que muchas veces, quedaba en hojas que se amarillaban en alguna gaveta, llega a su punto más amplio de difusión, dando la impresión de que aumentó la producción literaria. A una mayor difusión de la literatura, necesariamente se abren los espacios para nuevos autores, que antes estarían destinados a círculos muy restrictos o a la gaveta.

Esta etapa de la historia literaria que es conocida como “Boom”, concentra una gran cantidad de autores y obras que, por ser tan numerosos y haber logrado visibilizarse y visibilizar el gran potencial creativo latinoamericano se llamó así. Es importante resaltar que este fenómeno literario, político, y comercial encumbró internacionalmente a varios escritores latinoamericanos y visibilizó América Latina como “patria grande” de toda esa gente exilada y autoexiliada, que compartía una historia común. Aunque sus estilos eran diferentes, sus temas se encontraban en casi toda su literatura.

Europa estaba atenta a lo que pasaba en Latinoamérica –no solo a los fusiles y metrallas- en ese entonces, aumentaron las posibilidades de comunicación que facilitaron la vigencia y trascendencia del Boom hasta nuestros días. Desde luego, que leer lo que Latinoamérica produce, permitió un cambio en la forma en que la cultura latinoamericana fue vista en todo el mundo.

Es muy cierto que cuando llueve moja a todos, pero, siempre existen aquellos que se mojan más… Puesto que la traducción desempeñó un papel importante en el éxito de los escritores del Boom, al otórgales mayor público. Es de presumir que aquellos escritores que se encontraban en Europa, tenían mayores posibilidades de traducción de su obra, motivo por el cual, muchos de los representantes del Boom tienen su obra traducida a más de veinte idiomas. Era el resultado sencillo de estar en el lugar cierto en la hora exacta.

Y la clave del éxito, fue sumar la creatividad del alma latina a las casas editoriales con visión emprendedora, conocimiento de mercado y con recursos para apoyar a toda esa gente buena que andaba, por esas cosas del destino, por allá.

En el caso del Boom latinoamericano un grupo de escritores de la región tuvo su obra ampliamente distribuida por todo el mundo. El fenómeno del Boom incluye una lista larga de escritores latinoamericanos. Siendo los autores más representativos del Boom y que su obra los convirtió en inmortales: Gabriel García Márquez de Colombia, Mario Vargas Llosa de Perú, Julio Cortázar de Argentina y Carlos Fuentes de México. Estos escritores, por lo general, viviendo en Europa, desafiaron los convencionalismos establecidos en la literatura latinoamericana, a través de obras experimentales de marcado carácter político, debido a la situación general de América Latina en la década de 1960; como también, influenciados por el filósofo de mayor proyección en aquel momento, Jean-Paul Sartre que pregonaba el existencialismo y la literatura comprometida.

Desde luego, que con el pasar de los años, muchos de esos escritores se desmarcaron de la literatura militante. Cosa que me parece muy natural, ya que todo ser humano en su paso por la tierra percibe el mundo que le rodea de diferente manera, en las distintas etapas de su vida, según las circunstancias y su momento personal.

Empero, el Boom latinoamericano, más que un movimiento literario es un gran acontecimiento editorial, que se considera como el ingreso definitivo de la literatura latinoamericana a su etapa contemporánea; otorgando a los narradores hispanoamericanos el sitio que merecían en el panorama literario internacional, al tiempo que enriquecieron la historia de la literatura mundial contribuyendo a la innovación literaria.

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