Aunque se pretenda minimizar el hecho lo cierto es que el valor de nuestras exportaciones registró un bajón entre febrero y marzo y por supuesto con una incidencia directa por la baja cotización en los precios del petróleo que a su vez tiene directa relación con nuestras ventas de gas al exterior.
En febrero particularmente fue notoria la relación respecto a igual periodo de la pasada gestión, por lo mismo que en niveles del Gobierno central se adoptaron algunas medidas para paliar la crisis y revertir esa situación que realmente es de preocupación en algunos círculos productivos nacionales.
Entre las primeras medidas que se implementarán para confrontar el problema de los precios bajos se plantea la diversificación de mercados, aprovechar las preferencias arancelarias y buscar el incremento de la oferta exportable, mejorando las condiciones de algunos sectores estratégicos.
De acuerdo a informes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que efectúa periódicamente un registro del movimiento económico de cuatro actividades referenciales, a comienzo de año la agropecuario y la extracción de hidrocarburos fueron las que registraron un mayor descenso en su registro de ventas externas, no sucedió lo mismo con los rubros de la industria manufacturera e inclusive la explotación de minerales.
Estos hechos nos muestran una realidad que merece atención particular en las esferas del gobierno, para establecer condiciones favorables en otros rubros que compensen las bajas coyunturales por efectos del sistema de comercio exterior.
Una alternativa es la de incrementar la producción de ciertas líneas y productos requeridos en los mercados externos y en países que están esperando nuestra oferta oficial para encarar las gestiones de importación, claro está bajo ciertas condiciones de preferencia arancelaria que convengan a los intereses de nuestros productores y exportadores.
Un caso pendiente y que era de alto beneficio para el comercio nacional es lograr la normalización del Atpdea, un sistema de preferencia arancelaria que se mantenía con EE.UU. y que hace varios años se cortó, sin que la misma hubiera sido reemplazada por otros compradores, ni siquiera Venezuela que pretendió copar buena parta de ese mercado.
Entre algunas alternativas para mejorar el aprovechamiento de las políticas de preferencias arancelarias, se sabe que en la actualidad está vigente el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) que otorga la Unión Europea a los países andinos y que aprovechamos mínimamente. Por los datos de ese organismo, existe la mejor predisposición para trabajar con Bolivia y resulta que el mercado europeo tiene abiertas 6.300 líneas arancelarias, de las mismas nuestro país apenas utiliza 300, seis mil están a disposición y seguramente algunas habrán que puedan interesar a nuestros productores privados o estatales, para mover mayores exportaciones con ciertas ventajas en los costos arancelarios.
Dadas las actuales condiciones de restricciones en la economía nacional, con cuatro rubros de exportación más o menos asegurados aunque con variantes en su volumen y precios, existen muchas opciones en el mercado europeo que ojalá abran perspectivas de inversión en nuestro sector empresarial para poder competir abiertamente en la Unión Europea con otros países que están aprovechando las preferencias arancelarias, que deben motivar nuestra nueva producción, llámese alternativa, ante la crisis.
Hace falta una decisión y voluntad política del Gobierno, para facilitar y garantizar las inversiones, textiles, agropecuarias y especialmente las que tienen que ver con el uso de nuestros recursos estratégicos, la minería y la industria metalúrgica.
Fuente: LA PATRIA
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