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Jueves 09 de abril de 2015

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Ecológico Kiswara

Editorial

Desastres naturales y planes de contingencia

09 abr 2015

Fuente: LA PATRIA

Los desastres naturales han afectado al planeta Tierra desde su creación, pero en algunos países han organizado planes de contingencia destinados a paliar los efectos de estos fenómenos, que se dan también en Bolivia y Oruro no es la excepción.

La diferencia radica en que nuestro país no tiene planes de contingencia, menos aún los gobiernos autónomos, ni el Municipal ni el Departamental, por lo que cuando se presenta un imponderable de ese tipo muchas familias se ven afectadas y comienzan a solicitar ayuda.

Los planes de contingencia no deben contemplar solamente la parte de atención una vez que se presentan los desastres, sino que se debe prevenir para no lamentar cuantiosas pérdidas para las familias que padecen por esos desastres, además que merman la economía de la región en general.

Los desastres naturales que se presentan en el altiplano boliviano, a donde pertenece el departamento de Oruro y su ciudad capital, van desde sequías, hasta inundaciones, que terminan con sembradíos de papa, quinua y otros productos propios de esta región y en algunos casos acaban con la vida de animales que se utilizan tanto para la alimentación como medio de transporte.

Cada que se presenta una contingencia de ese tipo por lo general los gobiernos, departamental o nacional, entregan semillas a los campesinos que sufren las consecuencias de los fenómenos naturales, sin embargo, muchas veces esa no es la solución, pues qué podrían hacer ellos ante una inminente sequía, pues no se podría plantar esas semillas si no existen las condiciones climáticas adecuadas.

Por el calentamiento global del planeta, el clima ha cambiado sustancialmente en toda la Tierra, los polos se están derritiendo, en lugares donde abundaba el agua el líquido elemental se está secando, los paisajes están cambiando, pero frente a eso los gobiernos harían bien en elaborar planes de prevención de desastres, quizás invertir en carpas ecológicas, en sistemas de recolección de agua de lluvia, del rocío u otra fuente que pueda proveer del líquido elemental tanto para el riego como para el consumo, mejorar los sistemas de riego, de manera que no se desperdicie ningún recurso, sino que se los aproveche al máximo.

La sociedad civil puede colaborar también y aportar su granito de arena obedeciendo las normas destinadas a proteger el medio ambiente, como ahorrar agua, no contaminar ni botar basura en cualquier parte, sino que se debe aprender a reciclar, reutilizar y reducir, además de separar la basura orgánica de la inorgánica, de la que no sirve y de la que puede ser reutilizada y acudir a los expertos para desechar basura tóxica como las baterías, para que nos orienten sobre el destino que debemos darle a esos objetos a fin de no dañar nuestro hábitat.

Fuente: LA PATRIA
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