De inicio, permítame justificar la razón por la que el adjetivo “presidente” va con minúscula en esta nota de presentación. Temo que, si no lo hago, mi actitud podría ser interpretada como discriminación y eso me expondría a un juicio mediante la Ley 045.Según me explica mi corrector de textos, que suele ser bastante terco en lo que al idioma español se refiere, “presidente” es un título pero no un nombre propio así que no debería escribirse con mayúscula inicial, a menos que sea la primera palabra de un párrafo. Lo mismo me dice en el caso de ministros, magistrados, jueces, fiscales y otros. Es tan terco que no me deja escribir papa (sumo pontífice) con mayúscula, ni siquiera para diferenciarlo del tubérculo.
Pero esta nota no fue escrita para hablar del idioma sino simplemente para pasarle la factura por el triunfo electoral que su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), obtuvo en Potosí en las elecciones subnacionales recién pasadas.
Como sabe, el MAS triunfó con holgura en las elecciones para gobernador y, aunque con margen estrecho, también ganó el derecho de gobernar la Alcaldía potosina.
Lo de la gobernación no es una sorpresa. Después de todo, el MAS tiene votación cautiva en el área rural de Potosí así que ganar esa elección no era un problema.
El detalle está en la Alcaldía potosina, esa que le fue esquiva tanto tiempo y estará en sus manos a partir de junio. Su partido, señor presidente, no pudo ganar en las Alcaldías de La Paz, Oruro y El Alto, a las que ha hecho tantos favores, pero obtuvo la victoria en la de Potosí.
Todos sabemos que usted es orureño de nacimiento y, quizás por eso, Oruro ha recibido de su gobierno favores que a veces ni siquiera pidió. A los potosinos todavía nos duele que nos haya negado un aeropuerto internacional pero se lo haya dado a nuestros hermanos orureños. Está bien que los demás reciban pero… ¿por qué nos niega lo mismo a nosotros?
Ahora Oruro está en manos de la oposición, de un político tradicional de esos que se supone habían sido derrotados con su proceso de cambio. Potosí, en cambio, que fue capaz de protagonizar una huelga de 19 días contra su gobierno, le ha dado su voto y le entrega su Alcaldía. ¿Es justo que siga tratando a este municipio con la misma displicencia del pasado?
Por ello, acudo a su autoridad para traerle la factura porque, político hábil como es usted, seguramente sabe que nunca se da algo a cambio de nada.
Potosí necesita desarrollo, señor presidente, por razones sobradamente conocidas, pero, para ello, requiere inversión pública porque el sector privado ha demostrado que solo le interesa explotar sus recursos sin dar nada a cambio.
Potosí tiene serios problemas con el transporte urbano. Necesita un teleférico similar al que usted mandó construir para La Paz y El Alto, los municipios que le retacearon el voto en las últimas elecciones.
Potosí necesita fábricas para absorber el desempleo. No hay vacancias en las entidades públicas y hasta sus militantes querrán meterse en la Alcaldía ahora que la ganaron.
Potosí necesita su atención, señor presidente, y, para pedírsela, primero le dio los votos. Ahora toca que usted pague.
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